SE REANUDA LA LIGAMX LEÓN VS MAZATLÁN

domingo, julio 25, 2010

POLÍTICA / PRI

Los vicios de hoy... los mismos de ayer
Los reveses electorales del PRI en tres entidades federativas el pasado 4 de julio -Sinaloa, Puebla y Oaxaca- hicieron evidente que en ese partido se repiten los vicios de siempre y que la lucha de corrientes internas es despiadada. Analistas del tricolor concuerdan en que si quieren ganar el gobierno del Estado de México en 2011 y volver a la Presidencia un año después, tendrán que apostarle a la unidad y darle fin al dedazo.
Por Jesusa Cervantes y José Gil Olmos
Proceso 1760 / 25 de julio de 2010
D espués de perder tres estados emblemáticos en las elecciones del pasado 4 de julio, los distintos grupos de poder en el PRI, incluyendo su dirigencia nacional, aceptan lo inoperante y contraproducente que resultó para ese partido la imposición de candidatos: escisiones y "pirateo" de cuadros políticos por la oposición.
Dos semanas después y ya con los resultados y los números fríos, el priismo nacional se enfila hacia lo inevitable: modificar el modo de selección de sus candidatos si pretenden ganar los comicios del Estado de México en 2011 y recuperar la Presidencia de la República en 2012.
A pesar de haber triunfado en nueve de 12 gubernaturas en juego, de obtener el mayor número de votos y ganar más ayuntamientos, las derrotas de Oaxaca, Puebla y Sinaloa establecieron una nueva correlación de fuerzas en el partido y en el Congreso de la Unión: se desgastaron las figuras de Enrique Peña Nieto, gobernador mexiquense, y de Beatriz Paredes, presidenta nacional del PRI, en tanto que Manlio Fabio Beltrones se fortaleció al recuperar entidades que habían sido bastiones panistas durante más de dos décadas, como Baja California y Aguascalientes.
También se evidenció que los punteros por la candidatura presidencial, Peña Nieto y Beltrones Rivera, no podrán actuar sin respaldo mutuo para frenar una posible alianza impulsada desde la Presidencia para el Edomex y, después, para lograr su objetivo perdido en 2000: la primera magistratura.
El análisis lo realizan allegados a los principales líderes de este partido.

No al cacicazgo ni al dedazo

La pauta para que los gobernadores fueran quienes designaran candidatos para las pasadas elecciones la dio Beatriz Paredes -luego de evidenciarse su interés primordial por los comicios del próximo año en el Estado de México- mediante el convenio para evitar alianzas que firmó el 30 de octubre de 2009 con el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, y los testigos de honor: César Nava, dirigente nacional panista, y Luis Miranda, representante y secretario general de Gobierno de Peña Nieto.
Una vez que Nava dio a conocer la existencia del pacto, hubo malestar entre legisladores federales y los 12 gobernadores de las entidades en las que hubo elecciones. Para mantenerse en la dirigencia y lograr la gracia de los afectados, Beatriz Paredes les permitió imponer a sus candidatos... con la esperanza de un triunfo arrollador.
Manuel Cadena Morales, diputado federal y uno de los operadores de Peña Nieto en la Cámara de Diputados, sentencia que mantener el cacicazgo de los gobernadores y poner candidatos a capricho no da triunfos.
"Los electores votaron contra los cacicazgos, eso es muy impoortante y el partido así lo registró... Hoy los gobernadores que vayan a pretender meter la mano al proceso de sucesión de sus estados van a tener que considerar dos cosas: que el electorado votó contra los cacicazgos y contra los candidatos-capricho", asegura Cadena Morales.
No obstante, el debate en el PRI apenas empieza. Por ejemplo, Jorge Carlos Ramírez Marín, pieza clave de Beatriz Paredes en la Cámara de Diputados, defiende a los candidatos de unidad "cuando ésta es real" y acepta: "El PRI tiene que revisar ahora qué hizo bien y qué hizo mal. Cuando hace las cosas bien, gana; y cuando no hace las cosas bien, pierde".
En esta misma lógica, el diputado César Augusto Santiago -quien fue la propuesta inicial de Paredes para coordinar a los diputados federales- afirma que en las recientes elecciones hubo acuerdos cupulares para imponer candidatos.
Recuerda que para lograr el triunfo de la actual presidencia del PRI se recurrió al lema de "no al compadrazgo, no al dedazo". Agrega: "Ahora resulta que los candidatos de unidad ya los mejoré con el dedo divino o del gobernador, aunque es más propio llamarlos una decisión cupular".
El PRI, sostiene, cuenta con la vacuna para evitar las imposiciones y es recurrir a sus propias instancias colegiadas de decisión: el Colegio Político Nacional, la Comisión Política Permanente y la Comisión de Proceso(s) Internos.
"Creo que el método de la consulta que habíamos practicado y arraigado no lo podemos deshechar, porque si uno pierde una elección interna en buena lid, lo aceptas; pero si el triunfo es por una decisión cupular, de dedazo, pues retrocedemos", sostiene Santiago.
Considera imperativa una revisión del método de selección de candidatos, pues afirma que la gran lección de 2010 fue que, al desdeñarse a uno de los aspirantes del PRI en las contiendas internas, la oposición se lo llevó y conformó sus alianzas.
En su análisis los priistas siguen ganando, ya sea del bando de este partido o abanderando otras causas. Incluso, sostiene, para convencer a un priista "resentido" el PRD y el PAN tuvieron que recurrir a otro "similar que sabe lo que buscan y cómo converncerlos".
En su crítica a la alianza opositora, el chiapaneco destaca que para convencer a los "resentidos" recurrieron a los buenos oficiios de "uno de los brujos del poder", Manuel Camacho Solís, quien supo cómo llegarles y cómo hablarles.

Contra imposiciones

Otra de las fuerzas internas del PRI la representa Manlio Fabio Beltrones Rivera. Uno de sus operadores políticos, el senador Fernando Castro Trenti sostiene que el error de su partido fue tratar de imponer desde la dirigencia nacional, o por parte de los gobernadores, a los candidatos, pues ello generó división en los priismos locales. Cita como ejemplos Sinaloa a Oaxaca.
"La estrategia del PRI debe ser evitar divisiones del priismo local porque cuando se quiere imponer, se divide", comenta.
Actuando en sentido inverso, dice el senador, el PRI se convierte en triunfador pues toma en cuenta a la base de lpriismo local y evita imposiciones desde el centro. Prueba de ello fue Baja California, donde se renovaron las cinco alcaldías y el Congreso local.
Esta elección tomó relevancia y los beltronistas la ponen como ejemplo, pues después de 21 años de hegemonía panista el PRI recuperó todoas las posiciones en juego.
Relata que primero hubo desdén, ya tradicional, del CEN del PRI hacia la elección en dicha entidad; luego, ante la vieja creencia de los priistas bajacalifornianos de que el desinterés es prueba de concertacesión, se le pidió a Beatriz Paredes que por lo menos visitara la entidad, algo que realizó en una sola ocasión (sin dejar de desdeñar, en corto, el proceso local).
Del otro lado hubo un factor que jugó a favor de los priistas bajacalifornianos y que fue la misma actitud asumida en otras latitudes por gobernadores priistas: que el gobernador en turno y el presidente Calderón impusieron candidatos a los panistas.
Por ejemplo, para la alcaldía de Tijuana, Calderón, sin tomar en cuenta al panismo local que deseaba a Alejandro Monraz, impuso a su secretario particular como candidato: Carlos Torres. El gobernador José Guadalupe Osuna Millàn propuso para Rosario a un tijuanense que había sido su coordinador de gabinete, Raúl Legg, y al subsecretario de Desarrollo Económico, Alfonso Álvarez, lo mandó como aspirante a Tecate. El resultado fue que el PAN perdió y el PRI recuperó plazas que desde el centro siempre se consideraron perdidas.
"¿Saben por qué el PRI y el PAN perdieron en sus entidades gobernadas? Por imposiciones. Las causas de las derrotas del país se deben a la soberbia y a la imposición. En el triunfo de Baja California también ayudó la actitud impositiva de Felipe Calderón y del gobernador" (cuyo operador político es ahora secretario de Gobernación: Francisco Blake Mora), asegura Castro Trenti.
Para el caso del PRI en dicha entidad hubo un intento de imposición desde el centro: quienes ya hab{ian aceptado su derrota ante los candidatos electos por el priismo local se rebelaron y tomaron las instalaciones de los comités directivos de Tijuana, Mexicali y Ensenada.
El presidente estatal del PRI, René Mendívil, advirtió que procedería legalmente, "pues aquí no hay lugar para chantajes". Entre priistas de la entidad corrió la versión, no confirmada, de que el instigador de la rebelión fue el delegado del CEN, el diputado federal Humberto Lepe Lepe, cercano colaborador de Beatriz Paredes.
Lo único cierto es que por la cercanía de las elecciones, de no haberse resuelto la revuelta local priista, se le abría la puerta al CEN para anular todos los proceso de selección y designar a otros aspirantes.

Recuento de daños

Los pasados comicios tuvieron efectos colaterales.
Enrique Peña Nieto, quien durante la discusión del presupuesto federal contaba con por lo menos 140 de los 237 diputados de la fracción priista en el Congreso federal, "supuestamente" operó para que los 12 estados donde hubo elección de gobernador recibieran más recursos. Esa fue su primera maniobra para mantener mayoría e influencia en la Cámara de Diputados.
La segunda fue hacer acto de presencia en todas las campañas aprovechando su elevada aceptación mediática: puso especial interés en Oaxaca, Sinaloa y Puebla, Durango y Tamaulipas; los primeros tres se perdieron, el cuarto está en litigio y el quinto se mantuvo debido al efecto que generó la trágica muerte del candidato Rodolfo Torre Cantú.
Los tres estados perdidos implicaron a Peña Nieto el distanciamiento de 39 legisladores (15 de Puebla, 14 en Oaxaca y 10 en Sinaloa), quienes hoy tienen como líderes a sus respectivos senadores: Melquíades Morales, de Puebla: Adolfo Toledo Infanzón, de Oaxaca, y Francisco Labastida Ochoa, de Sinaloa; los tres son cercanos al coordinador de su bancada, Manlio Fabio Beltrones.
Hasta antes de las elecciones éste tenía 57 diputados federales dentro de su equipo político. Ahora sus operadores aseguran que son 97.
Ante tal escenario, al diputado mexiquense Manuel Cadena se le cuestionó si el perdedor de los comicios fue su gobernador.
"No lo creo. Con esa voluntad que tiene para ayudar a sus compañeros, Peña Nieto acudió a los 12 estados, como los otros gobernadores. Lo que pasó fue que los medios destacaron más su presencia. Eso no quiere decir que haya sido más veces o de mayor peso que otros gobernadores. Fue un acuerdo de la dirigencia nacional del partido que acudieran todos los gobernadores a ayudar a sus compañeros", defiende Cadena.
No obstante, Peña Nieto no acudió a Baja California y fueron Beltrones y Castro Trenti quienes delinearon la estrategia ganadora. A petición de ellos, el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, también acudió.
A Manuel Cadena se le preguntó si los resultados electorales tienen un efecto en la recomposición de los tres liderazgos visibles -Peña Nieto, Beltrones y Beatriz Paredes-: su respuesta fue un tajante no.
"No lo veo así. Por ejemplo, yo tengo una gran relación con Paredes, con Beltrones y ni se diga con Peña Nieto, pero no tomamos partido de esa forma ni creo que los diputados restantes lo hagan. Estamos en una circunstancia muy positiva para el partido, esto de haber perdido tres estados simbólicos, importantes, por ninguna razón nos aparta de la línea de poder regresar a la Presidencia de la República".
Del otro lado hay quienes piensan que los resultados tendrán también un efecto a la hora de renovar la dirigencia nacional del PRI. En marzo Beatriz Paredes concluirá su periodo y "volverá a ser diputada común". Los visibles sustitutos son quienes lograron triunfos en los pasados comicios.
Un ejemplo es el senador Jesús Murillo Karam, quien impulsó a Miguel Alonso Reyas, priista que logró arrebatar al PRD la gubernatura de Zacatecas.
A su vez, Fidel Herrera Beltrán operó para mantener la gubernatura y con ello los 20 diputados federales de su lado, necesarios para lograr mayorías en la Cámara.
Y, finalmente, Emilio Gamboa, dirigente nacional de la CNOP y operador de Beltrones, por haber apoyado Baja California y Aguascalientes, que estuvo en manos del PAN durante 12 años.
Será al nuevo presidente del PRI a quien le corresponda operar para ganar las elecciones del Estado de México, Guerrero, Coahuila, Nayarit y Baja California Sur en 2011. Del triunfo o derrota en el Estado de México dependerá que el PRI se mantenga en ruta hacia la Presidencia de la República, considera Castro Trenti.
A pesar de esta recomposición de fuerzas de los diversos grupos internos de la Cámara de Diputados y del partido, los priistas tienen claro que se necesitan unos a otros para poder triunfar en las elecciones de los próximos años, y para prueba ya tuvieron las divisiones en las pasadas, que aprovechó la alianza opositora.
No descarten que Felipe Calderón promueva con todo a su partido, no sólo en 2012, sino también para impulsar de nuevo una alianza con el PRD y arrebatarle la joya de la corona al PRI en el Edomex.
Castro Trenti acepta que al ser Peña Nieto el mejor posicionado ante la opinión pública, antes debe ganar el Estado de México. Considera que el candidato natural será "peñista", por la simpatía que este tiene  (sic) entre el priismo de su estado; sin embargo, advierte que requiere del respaldo y eficacia electoral mostrada por Beltrones en los comicios recientes. Unidos podrían frenar la posible alianza PAN-PRD en esa entidad.
César Augusto Santiago reivindica la fuerza de su partido recordando que ni juntos gobierno federal, gobierno del Distrito Federal y PRD pudieron desbancarlo a escala nacional en las preferencias electorales. Y para ello ofrece datos: nueve de 12 gubernaturas ganadas, 487 municipios obtenidos contra 350 de lPAN y 118 de PRD; 197 diputaciones locales ganadas contra apenas 82 del PAN y el mínimo número de ocho del PRD y siete más de otros partidos.
Jorga Carlos Ramírez Marín rechaza categóricamente que haya tres liderazgos visibles en su partido y que imperen en la Cámara, pero acepta que hoy requieren unidad para construir futuras candidaturas, en todos los niveles, que no dividan al partido.
"Yo personalmente siempre he confiado más en las decisiones de unidad, pero no artificiales sino las que se construyen alrededor de acuerdos, de equilibrios, de un trabajo de ingeniería democrática, de balances. Creo que es mejor una determinación de unidad, pero para elegir a un candidato de unidad hay que estar unidos", sentenció.

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