Las razones de una decisión
Mi circunstancia les insulta
Es extraño, no sé porqué, pero lo que me viene sucediendo, lo que escucho y analizo, me lleva a recordar un viejo libro de Eric Arthur Blair, mejor conocido como George Orwell y quien escribió una novela de ficción en 1948. Seguramente, aunque no lo hayan leído, sabrán las referencias a una sociedad donde todos le deben rendir culto al "Gran Hermano" y el poder se ejerce desde el Ministerio de la Verdad (dedicado a mentir y eliminar a los indeseables), el Ministerio de la Paz (encargado de mantener la guerra), el Ministerio del Amor (cuya función principal es fomentar el odio, castigar y reeducar de acuerdo a los dictados del "Gran Hermano") y el ministerio de la Abundancia (responsable de que la gente viva con el mínimo de recursos económicos).
Es del conocimiento público que participé como candidato a la Rectoría de mi querida institución, lo hice con pasión y convicción de que todas y todos los universitarios podríamos impulsar un proyecto académico que le beneficiara a toda la comunidad universitaria y a la sociedad en general. No obtuve los votos necesarios del Consejo Universitario, me reintegré totalmente a mis actividades académicas y desde entonces (todo 2012 y lo que llevamos de 2013) doy clase, investigo, publico mis productos de investigación, participo en congresos, coordino una maestría que ingresó al PNPC, dirijo tesis de maestría y doctorado, gestiono recursos para el desarrollo de mis actividades y leo novelas; sigo siendo Perfil Promep, miembro del SNI nivel 1 y Responsable del Cuerpo Académico en Formación.
En estos días vacacionales estoy trabajando la propuesta en extenso de un proyecto de investigación que el CONACYT aceptó para pasar a una segunda y última revisión para decidir si se me apoya o no. Además, durante todo este tiempo he estado alejado de la vida política de la Universidad.
Sin embargo, "pequeños detalles" se han ido acumulando todo este tiempo y ha llegado el momento de colocarme en una posición de defensa de mis derechos laborales y de exigir el respeto a mi trabajo y al de mi esposa Gloria y de mi hija Marimar. No quiero hostigarlos con muchas páginas de mi "versión personal de los hechos", así que les hago un rápido recuento.
- A mi esposa Gloria Hernández le congelaron el salario desde marzo de 2012, es una clara violación a los derechos laborales; sin notificarlo, sin argumentos. Igualmente se le ha negado el bono de permanencia (ya tiene derecho a la jubilación pero sigue trabajando), también sin argumentos y sin notificación. En el uso de sus legítimos derechos, Gloria interpuso una demanda ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje en contra de los actos ilegales de la administración central y su representante formal. Que quede claro no es en contra de la UAQ, es en contra de los actos ilegales de la administración.
- A mi hija Marimar, profesora de tiempo libre, adscrita a la Escuela de Bachilleres plantel Bicentenario, le quitaron 15 horas que venía trabajando en el área de Psicopedagogia, sin razones ni argumentos, solamente utilizando el ejercicio del poder. A pesar de ser de las mejores profesoras evaluadas (su compromiso de trabajo, la calidad con que prepara sus clases, así como la evaluación semestral de los alumnos y el cariño que le profesan sus estudiantes, son hechos evidentes de su buen desempeño académico). Marimar sufre una sutil discriminación, ya no digamos que no le informan de las reuniones de trabajo o actividades académicas a realizar, le quitaron el cubículo donde preparaba clase y atendía a quienes solicitaban su apoyo. Me pueden argumentar que no hay suficiente espacio, pero Marimar es de las fundadoras de ese plantel y es de los dos o tres profesores que no tienen cubículo asignado. Como podrán observar, trabaja en condiciones de incertidumbre y hostigamiento laboral.
He de señalar que las dos ingresaron en periodos en los que yo me desempeñaba como profesor de tiempo completo sin cargo administrativo alguno. Gloria ingresó durante la Rectoría del Lic. Braulio Guerra Malo y Marimar ingresa como profesora de honorarios durante la Rectoría de la Mtra. Dolores Cabrera Muñoz. He de señalar, también, que en la Universidad, hasta donde tengo conocimiento, no es delito ni motivo de estigma que grupos familiares trabajen; al contrario, es común que padres, hijos, hermanos, laboren en la institución.
En mi caso, he pasado por algunas situaciones que todavía no sé cómo interpretar, les expongo lo siguiente:
- Teniendo derecho a la jubilación, por decisión propia no la he hecho y solicité el año pasado la continuación del bono de permanencia a partir del mes de mayo; por "errores administrativos" no se me pagó hasta mes y medio después y varios oficios de por medio en donde la respuesta siempre fue el silencio.
- En enero del presente año se me informa que ya no podré tener acceso a los recursos que mi equipo de trabajo y yo hemos obtenido vía financiamiento externo; el argumento: "es que ya se acabó el año en el que lo tenían que ejercer". Recuperé los recursos hasta finales de febrero con todas las afectaciones que eso conllevó. Entiendo que fue "error administrativo".
- En la primera quincena de marzo me entero que soy uno de los 18 "afortunados" que por "error administrativo" se me quitó una cantidad considerable de impuestos. Se supone que me los devolvieron, no pasé a recoger mi recibo de pago el último día de actividades y desconozco si fue completa la devolución.
- No logré entrar al programa de estímulos para este año. Primero se me argumentó que no cumplía con el requisito de proyectos de investigación financiados por lo que debía tener un mínimo de 9 horas frente a grupo; en mi inconformidad les demuestro que sí tengo proyectos financiados; pero que, además, soy Coordinador de un Programa Educativo y, por lo tanto, de acuerdo a la convocatoria, basta con cuatro horas frente a grupo para tener derecho al estímulo. La respuesta fue: no entras porque no tienes nombramiento del Rector. Mi pregunta es: ¿Quién tomó la decisión?, y, en todo caso ¿por qué el Rector no expide mi nombramiento? Lo que yo entregué fue un oficio del Director de Investigación y Posgrado de la UAQ, dirigido al CONACYT, donde se afirma que soy el Coordinador de la Maestría, ¿estaremos engañando al CONACYT?, ¿nuevamente error administrativo.
Es extraño, pero no logro descifrar el enigma. En estas fechas estoy leyendo la novela de Ray Bradbury, Farenheit 451, situada en un futuro lejano, ahí los bomberos se encargan de quemar todos los libros considerados subversivos para el orden social, "¿no se dedicaban los bomberos a apagar incendios en lugar de provocarlos y atizarlos?", se pregunta Clarisse MacClollan, personaje de la novela. ¿Será un mensaje?, sólo espero no alcanzar la temperatura de los 451 grados Farenheit (digo por la época de calor que ya tenemos encima). Perdón, sé que no tiene relación esta novela de Bradbury, pero bueno, se me vino a la mente. Sigo con mi relato.
En el caso de los estímulos, decidí participar porque tengo los merecimientos y cumplo con todos y cada uno de los requisitos establecidos en la convocatoria. Presenté 49 acciones para que me fueran calificadas, me reconocieron alrededor de 40 (de las demás ignoro las razones por las que me fueron debidamente bateadas); aun así, en el rubro de calidad obtuve 765 puntos, el límite son 700. Un elemento adicional: desconozco quienes sí entraron a los estímulos, ¿harán pública la la lista?, ¿no es un tema de transparencia?, nuevamente ¿quién decide?, ¿falta de transparencia o error administrativo?
Por otra parte y en otro orden de ideas, pero que siguen la misma dirección de lo que considero un trato discriminatorio y de exclusión hacia mi persona. En marzo de 2012 el H. Consejo Universitario aprobó la creación de la Maestría que coordino y en octubre del mismo año fue reconocida por el CONACYT como una maestría de calidad. Como ustedes saben la política universitaria, por lo menos en el discurso, consiste en apoyar este tipo de proyectos. Lamentablemente, en mi caso, no ha sido así, a lo mucho una declaratoria de buenas intenciones, pero nulas acciones que permitan vislumbrar que la autoridad central universitaria me apoyará; oficios e informes he entregado a la Rectoría y la respuesta ha sido el silencio.
Un dato adicional: obtuve un financiamiento de los Fondos Mixtos CONACYT-Gobierno del Estado de Querétaro, para crear el Centro de Información en Estudios del Trabajo (CIET), el recurso es para adecuación de espacios y adquisición de material bibliográfico; pues resulta, que por "decisiones administrativas" destinado al CIET (un espacio en el tercer piso del edificio en donde funciona la Maestría, ubicado en el campus aeropuerto), así como dos cubículos para estudiantes, se asigna para otras actividades. ¿Dónde está el apoyo de la Rectoría?
Les comento todo esto para manifestar que he tomado una decisión, absolutamente personal, que deseo compartir con ustedes:
a) Recurriré a las instancias internas a la Universidad, para exigir mi derecho al estímulo, pues considero que se ha cometido una injusticia, que hubo un manejo arbitrario y discriminatorio de los términos de la convocatoria para dejarme fuera. Ya será la autoridad laboral quien decida al respecto.
b) Entiendo que este es un asunto de orden político y personal, por ello presentaré una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos para denunciar el trato discriminatorio que atenta contra los elementales principios establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En el caso de los estímulos, decidí participar porque tengo los merecimientos y cumplo con todos y cada uno de los requisitos establecidos en la convocatoria. Presenté 49 acciones para que me fueran calificadas, me reconocieron alrededor de 40 (de las demás ignoro las razones por las que me fueron debidamente bateadas); aun así, en el rubro de calidad obtuve 765 puntos, el límite son 700. Un elemento adicional: desconozco quienes sí entraron a los estímulos, ¿harán pública la la lista?, ¿no es un tema de transparencia?, nuevamente ¿quién decide?, ¿falta de transparencia o error administrativo?
Por otra parte y en otro orden de ideas, pero que siguen la misma dirección de lo que considero un trato discriminatorio y de exclusión hacia mi persona. En marzo de 2012 el H. Consejo Universitario aprobó la creación de la Maestría que coordino y en octubre del mismo año fue reconocida por el CONACYT como una maestría de calidad. Como ustedes saben la política universitaria, por lo menos en el discurso, consiste en apoyar este tipo de proyectos. Lamentablemente, en mi caso, no ha sido así, a lo mucho una declaratoria de buenas intenciones, pero nulas acciones que permitan vislumbrar que la autoridad central universitaria me apoyará; oficios e informes he entregado a la Rectoría y la respuesta ha sido el silencio.
Un dato adicional: obtuve un financiamiento de los Fondos Mixtos CONACYT-Gobierno del Estado de Querétaro, para crear el Centro de Información en Estudios del Trabajo (CIET), el recurso es para adecuación de espacios y adquisición de material bibliográfico; pues resulta, que por "decisiones administrativas" destinado al CIET (un espacio en el tercer piso del edificio en donde funciona la Maestría, ubicado en el campus aeropuerto), así como dos cubículos para estudiantes, se asigna para otras actividades. ¿Dónde está el apoyo de la Rectoría?
Les comento todo esto para manifestar que he tomado una decisión, absolutamente personal, que deseo compartir con ustedes:
a) Recurriré a las instancias internas a la Universidad, para exigir mi derecho al estímulo, pues considero que se ha cometido una injusticia, que hubo un manejo arbitrario y discriminatorio de los términos de la convocatoria para dejarme fuera. Ya será la autoridad laboral quien decida al respecto.
b) Entiendo que este es un asunto de orden político y personal, por ello presentaré una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos para denunciar el trato discriminatorio que atenta contra los elementales principios establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
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