EL AJEDREZ

Para quien desconozca la dinámica de este extraordinario juego, seguramente le parecerá poco atractivo e incluso, aburrido; sin embargo, esa sería una descripción inexacta de esta práctica que data de hace más de 1500 años y que, afortunadamente, se sigue llevando a cabo en todo el mundo entre  hombres y mujeres de todas las edades.

Precisamente, a diferencia de cualquier otro deporte físico, en el ajedrez, no necesariamente gana o lleva la ventaja quien cuenta con mayor edad, sino aquél que cuente con mayor habilidad y destreza  al momento de mover las piezas.

El ajedrez da la impresión de ser un juego bastante estático, donde los movimientos escasean y cuando las piezas cambian de posición, parece que todo sigue igual; pero la realidad es otra, en este juego todo el tiempo se está pensando tanto en el juego propio como en el del oponente, se llegan a visualizar movimientos adelantados, una suerte de dialéctica que requiere de mucha paciencia y concentración, pues cada movimiento contrae el juego y genera a su vez decenas, cientos, o miles de movimientos alternos.

Esto lo vuelve absorbente,  excitante y apasionante; aunque no lo parezca, el recorrer de las piezas a través de los 64 escaques, puede  resultar más emocionante que el observar un partido de cualquier deporte, aun cuando no hay trucos, sí hay magia, pero ésta, a diferencia de la del mago con sombrero, sí se encuentra a la vista y aun así, a veces solamente nos damos cuenta de ella una vez que el movimiento de alguna de las piezas la deja al descubierto.

Al tratarse de un juego que se maneja en base a tácticas y estrategias, no es poca la gente que lo compara, o lo lleva al plano de las batallas bélicas o políticas, lo cual tiene sentido mas no en toda su extensión, pues este juego cuenta con una distintiva carga histórica de ser practicado por caballeros, mismos que no trampean y dimiten así como aceptan su derrota cuando las circunstancias así lo ameritan, no siendo de esta forma en las guerras y menos aún dentro de la política.

Así como el cuerpo requiere de realizar ejercicio físico para su mejor conservación y funcionamiento, también, es necesario ejercitar la parte mental, el cerebro, músculo que no sólo es el que toma nuestras decisiones, también las ejecuta, de ahí la importancia de impulsar y motivar la práctica del ajedrez entre niños y jóvenes, pues en ello estaría implícito el poder desarrollar su agilidad mental y, de paso, una excelente disciplina que sin duda, contribuirá a la formación personal del adolescente.