¿Cuándo llega la justicia?
Jueves 29 de marzo/2007
Por Juana Eugenia Olvera
México, DF, 27 marzo 07 (CIMAC).- ¿Alguien me puede decir cómo va el juicio en contra de los sanguinarios asesinos que le quitaron la vida a una anciana indígena de 73 años en la zona de Zongolica, Veracruz?
¿Alguien me puede decir si ya le explicaron al que se dice presidente, que sólo puede considerarse muerte por "gastritis crónica" (que no sé si exista) algún mal del colon y no cuando es causada por violación multitudinaria?
¿Alguien me puede decir si también le explicaron al Jefe de la Zona militar correspondiente lo que hicieron sus muchachos?
No fue suficiente que la señora presentara traumatismo craneoencefálico, fracturas y luxación de vértebras, amén del dictamen médico pericial de carácter ginecológico que concluye en que hubo penetración.
Pero, como comentó alguno de los que pretenden ser médicos en el Hospital donde finalmente fue atendida, "qué tal si ella misma se introdujo algo y se provocó las heridas".
Todo esto no sólo debe remover la conciencia de los ciudadanos que creemos vivir en un país que respeta las instituciones y los derechos humanos. Aunque, como en este caso, no lo hacen porque desgraciadamente la señora, aparte de ser mujer, pertenece a un grupo indígena, de los cuales nos sentimos tan ajenos hasta casi no considerarlos humanos.
Muchas veces me pregunto ¿a cuáles derechos humanos se refieren? A la de los blancos, hombres, machos y delincuentes, porque he visto cómo defienden a asesinos que mutilan no sólo cuerpos, sino familias, y por ende a esta sociedad a la cual pertenecen, sólo porque se encuentran en prisión y son privados de derechos constitucionales que ellos mismos hicieron a un lado cuando delinquieron.
Pero no quiero apartarme del caso inicial. ¿Alguien me puede decir qué ha pasado? Ni Fidel Herrera, ni el procurador del estado, y no sé si haya alguna ¿autoridad? que pudiera tomar cartas en el asunto.
Seguimos en la etapa del troglodita, de la patente de corso, que puede ser desde una credencial o un uniforme que da impunidad para actuar y protección de los jefes, tal vez porque en el fondo aplauden acciones que ellos ya no pueden realizar.
Desde luego que Calderón no puede exigir que se castigue a los causantes de esta muerte, porque si se enojan podrían quitarle el respaldo y entonces se le acaba su sueño presidencialista, así que por este cauce estamos fuera de la realidad si se le hace un llamado, que de antemano sabemos no hará caso.
Independientemente de este hecho, salieron a relucir una serie de faltas de atención y responsabilidades que dejan ver que por más que se diga, seguimos siendo un país, no de tercer mundo, sino que no alcanzamos siquiera a estar calificados, en cuanto a las acciones de las autoridades, más que a un último lugar.
¿Cuáles serían entonces las formas de aplicar la justicia? ¿Las mismas de Fuenteovejuna? Sin embargo, no es muy recomendable porque nos enfrentaríamos a la ira contenida de las miles de injusticias sufridas por la gente y podrían desbordarse las intenciones y crear una revuelta que traería malas consecuencias. Ya hemos visto cómo se las gastan los ciudadanos y en que forma aporrean cuando atrapan in fraganti a los delincuentes.
Aquí sin duda los delincuentes son todos los que los protegen, esconden y encubren justificando lo que es injustificable porque, que yo sepa, no existe ninguna ley que apoye la violación ejercida con la brutalidad que ningún animal ejerce y que sólo es vista en los que se dice están para salvaguardar las instituciones.
Ojalá haya alguien que comparta la indignación por la falta de equidad que todavía vemos en este México del siglo XXI.
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Felipe Animalón apostó por resarcir su fraudulenta asunción por medio de la estrategia de militarizar su gobierno ilegítimo, de esta forma es que exhibió una peligrosa sumisión hacia las fuerzas armadas al tratar de desmentir antes que nadie, que el homicidio cometido contra la mujer veracruzana no fue tal, y solamente se trató de una gastritis lo que ocasionó el fatal desenlace.
Con toda razón la redactora de la nota anterior hace mención que no alcanzamos ni siquiera el ínfimo nivel de tercermundistas, nuestras condiciones humanas no son tan favorables para acceder a tan “preciada categoría”.
¿Qué muestra con esta actitud el PELELE?, debilidad, falta de liderazgo, incongruencia en su pobre discurso y una marcada inclinación hacia el Ejército, su carta fuerte en su búsqueda infructuosa por legitimarse.
La pólvora se encuentra caliente y en cualquier momento puede empezar a prenderle en las manos al ciudadano pendejete, un escenario que ya se preveía con la llegada del ESPURIO a la presidencia de la república.
¿Alguien me puede decir si ya le explicaron al que se dice presidente, que sólo puede considerarse muerte por "gastritis crónica" (que no sé si exista) algún mal del colon y no cuando es causada por violación multitudinaria?
¿Alguien me puede decir si también le explicaron al Jefe de la Zona militar correspondiente lo que hicieron sus muchachos?
No fue suficiente que la señora presentara traumatismo craneoencefálico, fracturas y luxación de vértebras, amén del dictamen médico pericial de carácter ginecológico que concluye en que hubo penetración.
Pero, como comentó alguno de los que pretenden ser médicos en el Hospital donde finalmente fue atendida, "qué tal si ella misma se introdujo algo y se provocó las heridas".
Todo esto no sólo debe remover la conciencia de los ciudadanos que creemos vivir en un país que respeta las instituciones y los derechos humanos. Aunque, como en este caso, no lo hacen porque desgraciadamente la señora, aparte de ser mujer, pertenece a un grupo indígena, de los cuales nos sentimos tan ajenos hasta casi no considerarlos humanos.
Muchas veces me pregunto ¿a cuáles derechos humanos se refieren? A la de los blancos, hombres, machos y delincuentes, porque he visto cómo defienden a asesinos que mutilan no sólo cuerpos, sino familias, y por ende a esta sociedad a la cual pertenecen, sólo porque se encuentran en prisión y son privados de derechos constitucionales que ellos mismos hicieron a un lado cuando delinquieron.
Pero no quiero apartarme del caso inicial. ¿Alguien me puede decir qué ha pasado? Ni Fidel Herrera, ni el procurador del estado, y no sé si haya alguna ¿autoridad? que pudiera tomar cartas en el asunto.
Seguimos en la etapa del troglodita, de la patente de corso, que puede ser desde una credencial o un uniforme que da impunidad para actuar y protección de los jefes, tal vez porque en el fondo aplauden acciones que ellos ya no pueden realizar.
Desde luego que Calderón no puede exigir que se castigue a los causantes de esta muerte, porque si se enojan podrían quitarle el respaldo y entonces se le acaba su sueño presidencialista, así que por este cauce estamos fuera de la realidad si se le hace un llamado, que de antemano sabemos no hará caso.
Independientemente de este hecho, salieron a relucir una serie de faltas de atención y responsabilidades que dejan ver que por más que se diga, seguimos siendo un país, no de tercer mundo, sino que no alcanzamos siquiera a estar calificados, en cuanto a las acciones de las autoridades, más que a un último lugar.
¿Cuáles serían entonces las formas de aplicar la justicia? ¿Las mismas de Fuenteovejuna? Sin embargo, no es muy recomendable porque nos enfrentaríamos a la ira contenida de las miles de injusticias sufridas por la gente y podrían desbordarse las intenciones y crear una revuelta que traería malas consecuencias. Ya hemos visto cómo se las gastan los ciudadanos y en que forma aporrean cuando atrapan in fraganti a los delincuentes.
Aquí sin duda los delincuentes son todos los que los protegen, esconden y encubren justificando lo que es injustificable porque, que yo sepa, no existe ninguna ley que apoye la violación ejercida con la brutalidad que ningún animal ejerce y que sólo es vista en los que se dice están para salvaguardar las instituciones.
Ojalá haya alguien que comparta la indignación por la falta de equidad que todavía vemos en este México del siglo XXI.
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Felipe Animalón apostó por resarcir su fraudulenta asunción por medio de la estrategia de militarizar su gobierno ilegítimo, de esta forma es que exhibió una peligrosa sumisión hacia las fuerzas armadas al tratar de desmentir antes que nadie, que el homicidio cometido contra la mujer veracruzana no fue tal, y solamente se trató de una gastritis lo que ocasionó el fatal desenlace.
Con toda razón la redactora de la nota anterior hace mención que no alcanzamos ni siquiera el ínfimo nivel de tercermundistas, nuestras condiciones humanas no son tan favorables para acceder a tan “preciada categoría”.
¿Qué muestra con esta actitud el PELELE?, debilidad, falta de liderazgo, incongruencia en su pobre discurso y una marcada inclinación hacia el Ejército, su carta fuerte en su búsqueda infructuosa por legitimarse.
La pólvora se encuentra caliente y en cualquier momento puede empezar a prenderle en las manos al ciudadano pendejete, un escenario que ya se preveía con la llegada del ESPURIO a la presidencia de la república.
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