Desde hace años, he cultivado la grata costumbre de la lectura de todo tipo, aunque debo de reconocer que me inclino en mayor medida por la de contenido social, esto me ha dado la oportunidad de conocer el desarrollo histórico de diferentes países y en diferentes etapas, la forma de pensar y actuar de personajes que han transformado el curso de la vida en millones de personas, para la desgracia de unos y para fortuna de otros.
Es tal la admiración que me ha provocado la lucha de líderes como Salvador Allende, Ernesto "el Che" Guevara, Martin Luther King y por supuesto, Emiliano Zapata, entre otros, que los he adoptado en forma de cuadros colgantes no para tapar los hoyos formados en la pared, sino para que a diario me recuerden que no basta con soñar e indignarse en silencio, que no basta con despotricar en contra del opresor desde la lejanía en donde la voz no es escuchada ni por los propios oídos del emisor, que es necesario e incluso imperante, tomar parte de la contienda en todos los frentes, asumiendo los costos que esto puede traer consigo, pero también, considerando que no puede haber mayor recompensa, que la trascendencia.
Sin duda que Andrés Manuel López Obrador tiene un espacio reservado junto a los personajes antes mencionados, de ninguna manera para idolatrarlo, más bien y sobre todo, para revitalizar la esperanza de que no todo está perdido, de que se puede anteponer la dignidad, la tenacidad y la convicción, a los que pretenden aferrarse a un poder que no supieron retener legítimamente, a los medios hipócritas y nefastos que más que personas, tienen como repetidores de "noticias" a perros amaestrados sin derecho a pensar, a las fuerzas oscuras que pretenden aumentar su capital económico a costa de seguir destruyendo el capital humano.
En la lucha encabezada por López Obrador, se ha depositado la esperanza de millones de mexicanos olvidados, explotados, humillados, por los que representan a una clase represora y sin escrúpulos, para los que sólo significan máquinas humanas para producir y votos en tiempos electorales.
El grito de ¡no estás sólo! es una frase limpia, llena de verdad, es una frase de quien se siente representado e incluido en una lucha de la cual se espera mucho, pero también, mucho se está dispuesto a dar porque poco es lo que les queda por perder.
En este sexenio si habrá transición más no la pregonada por Fox, la transición que ya se puso en marcha es la de una sociedad indiferente a una conciente y con la fuerza suficiente para enfrentar a toda la maquinaria oficial y sus aliados que creían que con su dinero podían cambiar el sentir de la gente en favor de su candidato gris, torpe y manipulable; contamos con herramientas que ellos nunca podrán tener, la verdad, la razón, la convicción y sobre todo, el apoyo incondicional de la gente, por tal razón les decimos que estamos listos y que ni nos cansamos ni nos rajamos porque, NADA ESTÁ PERDIDO
No hay comentarios.:
Publicar un comentario