El viernes, 29 de octubre, poco más de mil antorchistas del estado de Colima salieron a las calles a manifestarse públicamente. La causa fue la de siempre: la ausencia total de soluciones a demandas legítimas presentadas en tiempo y forma a las autoridades correspondientes. A la sordera oficial se agregó esta vez el hecho de que, en días previos, un ayudante del Secretario General de Gobierno, Juan José Sevilla Solórzano, dijo a los inconformes, con toda crudeza, que sus peticiones no serían resueltas ni se dialogaría con ellos como organización; que sólo serían “atendidos” de uno en uno. En el evento no faltaron incidentes. Al inicio, un sujeto de inconfundible aspecto paramilitar dijo a Héctor Enciso Carrillo, representante estatal del antorchismo en Colima: “por ahí se dice que si marchas te van a detener”. Cuando Enciso preguntó quién y por qué quería detenerlo, el sujeto fingió enojarse y soltó: “yo sólo te digo que te atengas a las consecuencias”. Eso no fue todo. Al llegar al lugar del mitin, se encontraron con un enorme templete que cubría todo el frente del palacio de gobierno, un potente sonido que opacaba el discurso de los manifestantes y un contingente de policías vestidos de civil. Los marchistas tuvieron que hacer su evento en una calle lateral, con la consiguiente disminución de público.
Pero falta lo más grave. A las once de la noche del mismo día de la marcha, al domicilio de Enciso Carrillo llegó un citatorio para comparecer, al día siguiente, ante el Ministerio Publico. Enciso había salido ya a la Ciudad de México y no pudo cumplir con el requerimiento. El siguiente citatorio llegó casi enseguida, el domingo 1° de octubre para presentarse el lunes 2 a las 6 de la tarde. Tal diligencia, rara en nuestros órganos de justicia, era indicio claro de que había gato encerrado. Y sí, al presentarse Enciso supo que “un grupo de ejidatarios” lo acusa de ser autor intelectual y material del despojo de un lote de 208 hectáreas, en litigio desde hace varios años entre los acusadores y los verdaderos propietarios, a quienes asesora y representa Enciso Carrillo. No es momento ni lugar (por falta de espacio) para demostrar quienes son los verdaderos despojadores. Basta con precisar dos cosas: primera, Enciso Carrillo jamás ha puesto un pie en el terreno en litigio, por lo que no pudo ser autor “material” del ilícito que se le imputa; segunda, el lote en cuestión se halla totalmente abandonado desde hace tiempo. Por tanto, los acusadores no pudieron ser despojados de lo que no tienen en posesión, y los antorchistas no pueden haber despojado un bien que no se halla en su poder. El asunto es claro: se trata de un delito prefabricado para castigar a quien ha osado exigir soluciones justas para sus representados.
Que esta es la verdad, lo demuestran los siguientes antecedentes. 1.- Al sumir la gubernatura, el Licenciado Silverio Cabazos Cevallos canceló la entrega de 500 despensas a grupos en extrema pobreza, pactados con el gobierno anterior. Ante la protesta de los afectados, ofreció una cantidad inferior, misma que nunca entregó. 2- Ochenta colonos defraudados por los hermanos Miguel y Benjamín Ramos Aguilar, lograron, asesorados por Antorcha, la firma de un documento en el cual defraudadores y gobierno aceptaban resarcir el daño. Ahora, el gobierno recula alegando que “es un conflicto entre particulares”. 3.- En noviembre de 2005, se ofreció introducir agua potable y drenaje a 4 colonias populares bajo el esquema de 50% a cargo del gobierno y ¡50% a cargo de los colonos! Como se ve, ninguna ganga, y sin embargo, eso tampoco se cumple. 4.- En noviembre también, el gobierno ofreció 200 mil pesos para la construcción de un albergue estudiantil. Más tarde retiró el compromiso sin dar explicaciones.
5.- Ante la falta de despensas aludida en el primer punto, y luego de muchos intentos por hablar con la titular del DIF, los afectados decidieron manifestarse. A la hora del evento, Enciso Carrillo recibió una llamada de quien dijo ser el gobernador y que le soltó a bocajarro: “con mi esposa no te vas a meter, poco hombre, no te metas con las mujeres, todo lo que quieras tratar hazlo en Palacio de Gobierno; si sigues molestando a mi esposa te la vas a ver conmigo”. ¿Era o no el gobernador? No lo sé, pero el hecho es auténtico 6.- Finalmente, el 6 de septiembre, en un acto público del gobernador, la antorchista Lourdes Figueroa pidió exponer la queja de gentes que están inconformes con la calidad de las viviendas que les vende IVECOL y con los altos interese que les cobra. El gobernador, tronándole los dedos como quien azuza a un can, le dijo que tenía poco tiempo. Al enterarse de la demanda, encaró a los inconformes: ¡A ver, que levanten la mano los antorchistas! Pocos lo hicieron, por supuesto. Ante eso, el gobernador concluyó que era una ínfima minoría sin importancia. Los problemas de pago trátenlos con IVECOL, dijo, pero eso sí, persona por persona. Después de eso vino la persecución de Enciso.
Así, pues, estamos ante un nuevo caso de flagrante violación de las garantías constitucionales de reunión, manifestación y petición; ante la conocida maniobra de torcer la ley y envilecer a los responsables de aplicarla, para disfrazar como “acto de justicia” lo que no es sino descarada represión de los descontentos y de los opositores. Se aprieta la soga en torno al cuello de los desamparados: pobreza, marginación y desempleo por todos lados; y en medio de este desastre, algunos se dan el lujo de desoír el clamor popular y de perseguir a quienes combaten esta situación. como si se tratara de delincuentes de alta peligrosidad. Y luego nos decimos sorprendidos por lo que ocurre en Oaxaca. Ya está dicho: cuando dios quiere perder a alguien, primero lo enloquece.
México, D. F., a 4 de octubre de 2006.
Pero falta lo más grave. A las once de la noche del mismo día de la marcha, al domicilio de Enciso Carrillo llegó un citatorio para comparecer, al día siguiente, ante el Ministerio Publico. Enciso había salido ya a la Ciudad de México y no pudo cumplir con el requerimiento. El siguiente citatorio llegó casi enseguida, el domingo 1° de octubre para presentarse el lunes 2 a las 6 de la tarde. Tal diligencia, rara en nuestros órganos de justicia, era indicio claro de que había gato encerrado. Y sí, al presentarse Enciso supo que “un grupo de ejidatarios” lo acusa de ser autor intelectual y material del despojo de un lote de 208 hectáreas, en litigio desde hace varios años entre los acusadores y los verdaderos propietarios, a quienes asesora y representa Enciso Carrillo. No es momento ni lugar (por falta de espacio) para demostrar quienes son los verdaderos despojadores. Basta con precisar dos cosas: primera, Enciso Carrillo jamás ha puesto un pie en el terreno en litigio, por lo que no pudo ser autor “material” del ilícito que se le imputa; segunda, el lote en cuestión se halla totalmente abandonado desde hace tiempo. Por tanto, los acusadores no pudieron ser despojados de lo que no tienen en posesión, y los antorchistas no pueden haber despojado un bien que no se halla en su poder. El asunto es claro: se trata de un delito prefabricado para castigar a quien ha osado exigir soluciones justas para sus representados.
Que esta es la verdad, lo demuestran los siguientes antecedentes. 1.- Al sumir la gubernatura, el Licenciado Silverio Cabazos Cevallos canceló la entrega de 500 despensas a grupos en extrema pobreza, pactados con el gobierno anterior. Ante la protesta de los afectados, ofreció una cantidad inferior, misma que nunca entregó. 2- Ochenta colonos defraudados por los hermanos Miguel y Benjamín Ramos Aguilar, lograron, asesorados por Antorcha, la firma de un documento en el cual defraudadores y gobierno aceptaban resarcir el daño. Ahora, el gobierno recula alegando que “es un conflicto entre particulares”. 3.- En noviembre de 2005, se ofreció introducir agua potable y drenaje a 4 colonias populares bajo el esquema de 50% a cargo del gobierno y ¡50% a cargo de los colonos! Como se ve, ninguna ganga, y sin embargo, eso tampoco se cumple. 4.- En noviembre también, el gobierno ofreció 200 mil pesos para la construcción de un albergue estudiantil. Más tarde retiró el compromiso sin dar explicaciones.
5.- Ante la falta de despensas aludida en el primer punto, y luego de muchos intentos por hablar con la titular del DIF, los afectados decidieron manifestarse. A la hora del evento, Enciso Carrillo recibió una llamada de quien dijo ser el gobernador y que le soltó a bocajarro: “con mi esposa no te vas a meter, poco hombre, no te metas con las mujeres, todo lo que quieras tratar hazlo en Palacio de Gobierno; si sigues molestando a mi esposa te la vas a ver conmigo”. ¿Era o no el gobernador? No lo sé, pero el hecho es auténtico 6.- Finalmente, el 6 de septiembre, en un acto público del gobernador, la antorchista Lourdes Figueroa pidió exponer la queja de gentes que están inconformes con la calidad de las viviendas que les vende IVECOL y con los altos interese que les cobra. El gobernador, tronándole los dedos como quien azuza a un can, le dijo que tenía poco tiempo. Al enterarse de la demanda, encaró a los inconformes: ¡A ver, que levanten la mano los antorchistas! Pocos lo hicieron, por supuesto. Ante eso, el gobernador concluyó que era una ínfima minoría sin importancia. Los problemas de pago trátenlos con IVECOL, dijo, pero eso sí, persona por persona. Después de eso vino la persecución de Enciso.
Así, pues, estamos ante un nuevo caso de flagrante violación de las garantías constitucionales de reunión, manifestación y petición; ante la conocida maniobra de torcer la ley y envilecer a los responsables de aplicarla, para disfrazar como “acto de justicia” lo que no es sino descarada represión de los descontentos y de los opositores. Se aprieta la soga en torno al cuello de los desamparados: pobreza, marginación y desempleo por todos lados; y en medio de este desastre, algunos se dan el lujo de desoír el clamor popular y de perseguir a quienes combaten esta situación. como si se tratara de delincuentes de alta peligrosidad. Y luego nos decimos sorprendidos por lo que ocurre en Oaxaca. Ya está dicho: cuando dios quiere perder a alguien, primero lo enloquece.
México, D. F., a 4 de octubre de 2006.
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