SE REANUDA LA LIGAMX LEÓN VS MAZATLÁN

martes, octubre 17, 2006

Sube la izquierda

Una de ayer, pero que vale la pena

Ifigenia Martínez
El Universal
16 de octubre de 2006

Es oportuno, después de haber transcurrido más de 100 días de la elección presidencial, hacer algunas reflexiones sobre los resultados oficiales de esa contienda. La apretada diferencia entre 14 millones 916 mil 927 y 14 millones 683 mil 96 votos del computo final por el cual el Tribunal Electoral (TEPJF) le dio el triunfo al candidato del PAN -233 mil 831 sufragios entre uno y otro candidato- sobre el de la coalición Por el Bien de Todos, resultó tan insignificante que ameritaba una total certidumbre, atendiendo la demanda de hacer un recuento de voto por voto y casilla por casilla.
No obstante, el Tribunal resolvió el diferendo ordenando el escrutinio y cómputo de la votación sólo en 11 mil 724 de las 130 mil 477 casillas instaladas.
En el proceso de revisión se pusieron de manifiesto numerosas irregularidades empezando por el descuidado manejo de las boletas electorales, a pesar de que cada una representa una potestad ciudadana aunque no se utilice. Pero aun reconociendo las fallas y limitaciones de los partidos para vigilar plenamente las casillas, aparecieron nuevas modalidades de corrupción para influir sobre los resultados, ya no a nivel del votante sino al de los funcionarios electorales.
Las autoridades y expertos encargados de los comicios -todos muy bien pagados- no tuvieron la pulcritud que ameritaba una operación que debió ser tratada con el profesionalismo de una cirugía mayor.
A pesar de las reservas que genera el cómputo electoral, sus resultados permiten evaluar las tendencias políticas imperantes.
Es muy significativo que el PAN, no aumentara su votación total sino la disminuyera en casi un millón de votos, pues mientras que en 2000 -si bien en alianza con el Partido Verde- obtuvo casi 16 millones de votos, en 2006 descendió a 15 millones, suficientes según las no imparciales autoridades electorales para ganar la Presidencia de la República.
Extraña ese resultado cuando se reflexiona sobre el pobre desempeño que tuvieron el Presidente y su gobierno en crecimiento económico, generación de empleo, incumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, ruina de la agricultura y aumento de la emigración de trabajadores, incluidos los de elevada especialización. Cabe preguntar, ¿cuántos ciudadanos aparentemente conformes con esa política todavía quieren más?
Los resultados del PAN por entidades federativas revelan que en el norte, sólo Sinaloa y Nuevo León registraron un aumento de más de 100 mil votos. Otros repuntes menores ocurrieron en Durango, Querétaro, San Luis Potosí y Michoacán -probablemente por ser cuna de su candidato-; en Puebla y Colima tuvo modestos avances. En cambio en los estados del centro y del sur el desplome del PAN fue generalizado con excepción de Yucatán y Tlaxcala. Estrepitosos derrumbes ocurrieron en Tabasco, Nayarit, Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo, el Distrito Federal, el estado de México, Hidalgo y Morelos.
El PRI, que compitió solo en 2000 y con el Partido Verde en 2006, muestra una fuerte caída que va de 6% en Colima, a 58% en Sinaloa y 61% en el Distrito Federal, y modestos avances en Quintana Roo y Tabasco, pues de ahí fue su candidato presidencial. Este partido fue el gran perdedor; incluso parte de su dirigencia -eficaz instrumentadora de las políticas neoliberales- ya emigro al PAN. Indudablemente la corriente triunfadora en 2006 fue la coalición Por el Bien de Todos que representa a la izquierda democrática y estuvo integrada por el PRD, el PT y Convergencia. En las 32 entidades federativas la votación de 2006 superó a la de 2000, pues mientras el candidato presidencial de entonces logró 6 millones 256 mil 780 votos, en 2006 al de la coalición se le reconocieron 14 millones 683 mil 96 votos. Los menores incrementos relativos de la coalición ocurrieron en Michoacán, Zacatecas y Guerrero, estados donde gobierna el PRD y donde ya se partía de una votación favorable. Lo cual parece indicar que existe una intensa participación democrática en esos estados.
El ascenso de la coalición Por el Bien de Todos se explica porque durante su intensa campaña se señalaron los nefastos efectos de la política económica en términos de desigualdad de oportunidades, desempleo y bajísimos salarios que de ninguna manera se pueden compensar con la política asistencialista de un Estado neoliberal. Otro hecho contundente del proceso electoral, admitido por todos, fue la intervención mediática del gobierno foxista y de los grupos empresariales, sin que se pueda precisar su impacto en los resultados de la elección, porque aunque indebida y delictiva pasa por el tamiz del juicio y voluntad de los ciudadanos. Correspondía al Tribunal, ante esa conducta delictiva y las irregularidades encontradas, invalidar.
No dudamos que el tiempo resolverá los agravios pendientes. Por lo pronto celebramos el ascenso de la izquierda democrática en la conciencia política de la República.

PD. Para mi admirado y querido amigo Carlos Fuentes.

Directora del Instituto Nacional de Formación Política del PRD

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