Ayer se transmitió por el canal 76 de Televicable, una amena platica entre una desconocida conductora (lo es para mi), y el sin duda más brillante personaje que ha ocupado la rectoría en la Universidad Autónoma de Querétaro, Hugo Gutiérrez Vega. Fue una conversación de esas que llaman exquisitas, Gutiérrez Vega mostró su inmenso bagaje literario que incluye varios escritos haciendo referencia a una de las familias más populares de México en otros tiempos, “La Familia Burrón”.
Es impresionante la transformación que Gutiérrez Vega le da a las situaciones reales y ficticias y el sentido que de las palabras resalta para encontrar su justo acomodo, mencionaba, siendo él mismo poeta; “la poesía no sirve para nada, esto por que no tiene utilidad inmediata” situación que habría que debatirse, pero es precisamente esto parte de su aportación, lo complejo buscarle su sentido simple y a la inversa.
Una vez concluida la transmisión del mencionado programa, ya se encontraba en pleno monólogo el conductor Adal Ramones, efectivamente, un giro de lo sublime a lo burdo, pueril y grotesco, con un formato que permite la burla del conductor hacia los presentes y el festejo de estos últimos por ser aludidos como estúpidos.
La televisión realiza sus producciones acordes a las necesidades de sus propios intereses y no de la población, me sigue resultando lamentable que programas como el del megalómano de Ramones, sean considerados como de vanguardia y que las displicentes actitudes del conductor, se multipliquen por muchos televidentes en diversos espacios por considerarlas aceptables o simplemente, por estar de moda, que patético.
Es impresionante la transformación que Gutiérrez Vega le da a las situaciones reales y ficticias y el sentido que de las palabras resalta para encontrar su justo acomodo, mencionaba, siendo él mismo poeta; “la poesía no sirve para nada, esto por que no tiene utilidad inmediata” situación que habría que debatirse, pero es precisamente esto parte de su aportación, lo complejo buscarle su sentido simple y a la inversa.
Una vez concluida la transmisión del mencionado programa, ya se encontraba en pleno monólogo el conductor Adal Ramones, efectivamente, un giro de lo sublime a lo burdo, pueril y grotesco, con un formato que permite la burla del conductor hacia los presentes y el festejo de estos últimos por ser aludidos como estúpidos.
La televisión realiza sus producciones acordes a las necesidades de sus propios intereses y no de la población, me sigue resultando lamentable que programas como el del megalómano de Ramones, sean considerados como de vanguardia y que las displicentes actitudes del conductor, se multipliquen por muchos televidentes en diversos espacios por considerarlas aceptables o simplemente, por estar de moda, que patético.
1 comentario:
Esto denota la intención de los medios para hacernos estúpidos y maleables a sus intereses. Ahí tienes el teletón y toda esa basura de Televisa y Tv Azteca, sólo basta para ver unos minutos la TV abierta para que uno decida mejor apagar la TV y abrir un libro o leer a alguien como Hugo Gutiérrez Vega. Tal vez no es tan malo, después de todo.
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