Un tráfico exasperante es el que registra ya la capital queretana. Algo hay qué hacer para que esta situación pueda controlarse (no así abatirse) para no padecer lo de otras ciudades.
Difícil situación, pues el ritmo de crecimiento comercial, industrial y por ende, poblacional en el estado, impedirá que así pueda llevarse a cabo, no hay otra cosa más que planear adecuadamente y dismunir el impacto que entre otras consecuencias (y ya se está dando) ocasionará trastornos psicológicos entre la población, que no es cosa menor.
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