SE REANUDA LA LIGAMX LEÓN VS MAZATLÁN

miércoles, octubre 22, 2008

DESCOMPOSICIÓN III




Ángela, víctima de sus héroes: Tercera parte
Ella los admiraba, ellos la mataron
MIENTRAS SUS PADRES ORGANIZABAN MARCHAS PARA BUSCARLA, ÁNGELA ESTABA MUERTA. HABÍA SIDO ENTERRADA EN LA FOSA COMÚN COMO UNA DESCONOCIDA, DEBIDO A LA NEGLIGENCIA DE LAS AUTORIDADES. LOS POLICÍAS QUE LA MATARON COBRARON 100 MIL PESOS POR EL CRIMEN.

Por Eduardo Sierra
Miércoles 22 de Ocutubre/2008
CHIMALHUACÁN.- La Justicia es un espejismo que se desvanece, cuando exigirla cuesta la vida. Ángela Solanch Rodríguez Martínez desapareció antes de ratificar sus denuncia contra Daniel Tenorio, el policía que la había violado.
Pero no desapareció por gusto, fue secuestrada y violada tumultuariamente por otros cinco policías, amigos de Tenorio, quienes fueron contratados por la esposa de éste, Itzel Carrasco Castillo.
La mujer antes había intentado convencer a Ángela y a sus padres de desistirse de su denuncia, recurriendo lo mismo a la suplica, que a la amenaza y que al intento de soborno. Cuando nada le funcionó, optó por un camino más cruel: liquidar a la muchacha.
El 21 de mayo de 2006, Ángela no regresó a su casa, lo que provocó, de nueva cuenta, la angustia de sus padres. Acudieron a denunciar el hecho, pero según recuerda Longino Rodríguez, las propias autoridades minimizaron el asunto y hasta les dijeron que la niña se había ido a trabajar como empleada doméstica.
-Cada vez que acudíamos a solicitar informes, las autoridades nos daban largas. Una vez nos dijeron: “cuando la vean, avísenos, para que vayamos por ella” –relata Patricia, la madre, quien junto con Longino tenía la esperanza de volver a ver a su hija con vida.
Emprendieron acciones de búsqueda y presión: distribuyeron carteles y difundieron la desapariciòn en las páginas de Intenet especializadas en la atención a personas extraviadas y ausentes, el CAPEA, del DF, y ODISEA, del estado de México.
Asimismo encabezaron marchas de protesta ante los Juzgados de Ciudad Nezahualcóyotl. Y mientras eso ocurría, en la sección de personas desconocidas en el forense se difundía el hallazgo del cadáver de una niña no identificada. Como nadie reclamó el cuerpo, fue enterrada en las fosa común junto con más cadáveres sin identidad.
‘LOS VOY A METER A LA CÁRCEL’
El domingo que desapareció, Ángela iba caminando con su amiga Daniela, cuando fueron interceptadas por cinco policías, quienes las invitaron a pasear.
Las llevaron al departamento de uno de los policías, en la Unidad Habitacional Santa María, en el municipio de Tlalmanalco, en donde las hicieron beber alcohol y las retuvieron cerca de tres días.
Los policías Franco Daniel Ledezma Nava, Martín Maya Barrera, Marcos Román Mendoza Gallardo y Manuel Monroy Escobar se turnaron para violar a Ángela por vagina, ano y boca.
Después del ataque, la estudiante de secundaria, de 13 años, entre lágrimas, las últimas que brotarían de sus ojos, tuvo aún fuerza para lanzarle a sus atacantes una última advertencia: “Los voy a meter a la cárcel, los voy a denunciar…”
Sus reclamos no apaciguaron a sus atacantes, al contrario, los exaltaron aún más. Martín Maya Barrera se montó en Ángela y comenzó a estrangularla. Como la niña forcejeaba, los otros policías la sujetaron de pies y manos hasta que el corazón de la niña dejó de latir. Eran las primeras horas de la madrugada del martes.
Su amiga, Daniela, presenció el crimen, pero guardó silencio durante más de un año y medio.
¿MALICIA O NEGLIGENCIA?
Mientras sus padres buscaban a Ángela, el cadáver de una adolescente apareció en el municipio de Amecameca. Sin embargo, a pesar de las coincidencias, las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México no relacionaron ambos hechos.
El cuerpo de la niña permaneció en el anfiteatro de Amecameca, pero eso no se supo hasta el 14 de agosto, casi tres meses depués. ¿El motivo? La negligencia y la falta de coordinación. La primera respuesta emana de la representación jurídica de los padres y la segunda es la justificación oficial de la dependencia encargada de procurar justicia.
“El (ex) subprocurador Regional de Nezahualcóyotl, Ernesto Santillana Santillana, y la Policía Miniesterial de Nezahualcóyotl-Amecameca retardaron y entorpecieron, maliciosa o negligentemente, la procuración de justicia en el reconocimeinto del cadáver de Ángela”, explica por escrito la abogada Leticia Zúñiga.
Con base en ese argumento, se presentó una denuncia formal por omisión en la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos por Servidores Públicos el pasado 29 de agosto de ese año.
Adriana Cabrera Santana, fiscal especial de Homicidios Dolosos Cometidos contra la Mujer, se justificó diciendo que cada subprocuraduría se concentra en sus propias averiguaciones entre las 11 que existen.
-¿Por qué si somos una sola autoridad, no se tiene conocimiento? Por que cada uno tiene sus averiguaciones, cada uno se concreta en lo suyo, Amecameca reporta el homicidio, pero lo vamos a tener como el de una menor de identidad desconocida –argumentó al ser entrevistada.
Derivada de una queja de los padres, la Comisión de Derechos Humanos estatal realizó una investigación para determinar violaciones de parte de las autoridades. Así fue como Longino y Patricia se enteraron de que los tres meses que estuvieron buscando a su hija fueron en vano: ella ya estaba muerta.

MAÑANA
La justicia se esconde.

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