El gobierno de Puebla se prepara a reprimir con las armas el derecho a la manifestación pública
Más de dos meses de plantón lleva ya el antorchismo poblano frente a las oficinas del gobierno del estado de Puebla, en demanda de solución a diversos problemas y graves carencias de algunos de los grupos más pobres y marginados del estado. La totalidad de dichos problemas han sido planteados, una y otra vez a lo largo de los dos últimos años, ante los funcionarios correspondientes y ante el propio gobernador poblano, sin que hasta hoy se haya materializado ninguna solución, ni buena ni mala. Y puede ser útil también aclarar que existen compromisos firmados por el gobierno que han sido burlados reiteradamente y ahora, con pretexto del plantón, abiertamente desconocidos. Durante el tiempo de la protesta pública, las cosas no cambiaron. Tarde y de muy mala gana se abrieron pláticas con los funcionarios, con el Secretario General de Gobierno, Mario Montero Serrano, y aun con el propio gobernador, Licenciado Mario Marín Torres, sin ningún resultado. “No hay dinero y esto es todo lo que les podemos ofrecer. Lo toman o lo dejan”, fue siempre la respuesta. Semejante actitud es la mejor prueba de que, contrariamente a lo que hoy se afirma, nunca hubo auténtico diálogo y menos real voluntad de resolver las demandas; todo fue siempre un juego perverso cuyo propósito era, o bien obligar a los solicitantes, por enfado y cansancio, a aceptar la mísera oferta que se les hacía, o bien mantenerlos entretenidos mientras se libraba la fecha del 5 de julio, día de las elecciones.
Hoy, 6 de julio, los medios informativos dan la noticia del triunfo arrollador del PRI a escala nacional, cosa que a los antorchistas nos alegra sinceramente no sólo porque siempre hemos sido priístas sinceros, sino también porque en algunos casos, como en Querétaro, pusimos nuestra cuota de sacrificio para construir la victoria. También en Puebla los medios informan del triunfo priísta en todos los distritos electorales de la entidad, pero, junto con eso, recogen las declaraciones del Secretario de Gobierno, Mario Montero Serrano, quien resumidamente afirma que, en virtud de que el gobierno ha hecho ya su máximo esfuerzo para responder a las peticiones de los antorchistas y éstos, en un arranque de intransigencia, se han negado a aceptar lo que se les ofrece, no hay nada más que dialogar. Pero, continúa el Secretario, en virtud de que la ciudadanía exige que se limpie de obstáculos el área ocupada por el plantón, no queda más remedio que desalojarlo con la fuerza pública.
Esta amenaza, proferida justamente el día del triunfo priísta, no puede interpretarse más que como una consecuencia directa del mismo, y quieren decir que el gobierno poblano está interpretando el resultado como un respaldo incondicional a su política y a sus funcionarios que, por tanto, pueden hacer lo que quieran, incluso ir en contra de los intereses del mismo pueblo que votó por su partido. Tal interpretación es, a todas luces, equivocada y miope y puede resultar altamente lesiva para los intereses del PRI y los priístas. Equivocada y miope porque no ve que el vuelco hacia el PRI es un claro rechazo a la política corrupta, antipopular y represiva de los otros partidos, y no un apoyo a esa misma política sólo porque sea ejecutada por funcionarios priístas. Utilizar el triunfo electoral para reprimir, es comenzar a erosionar muy temprano la convaleciente imagen del PRI ante el pueblo, y es poner en riesgo el triunfo en futuras campañas electorales. He aquí por qué creemos que el CEN del PRI debe intervenir, de inmediato y con energía, en el presente conflicto. Pero hay más: todo mundo dice que la lucha por la gubernatura está ya en marcha y que, por eso, los actos del gobierno en funciones son responsabilidad, ya ahora, también del delfín oficial. Para los antorchistas, eso quiere decir que el golpe represivo que se prepara en su contra es el primer acto de gobierno de dicho candidato, que es una muestra de lo que nos espera si resulta ganador.
Por todas estas razones, la Dirección Nacional del Movimiento Antorchista ha decidido dirigirse a la opinión nacional y al CEN del PRI para dejar claro lo siguiente:
1.- El derecho a la manifestación pública es una garantía tutelada por la Constitución General de la República; en consecuencia, toda represión al mismo se constituye automáticamente en un delito de lesa Carta Magna.
2.- Es falso que hayamos recibido respuesta cumplida a nuestras peticiones por parte del gobierno poblano. Por tanto, nuestro plantón está plenamente justificado y es, además, legítimo por su contenido. No merece, por tanto, la represión armada sino una respuesta justa y respetuosa del derecho de petición.
3.- Es un grave error político, que dañará irremediablemente la incipiente recuperación del PRI, el parapetarse tras el triunfo del 5 de julio para desatar la represión contra el pueblo pobre e indefenso. En el caso de Puebla, tal error alcanzará, indefectiblemente, al candidato priísta al gobierno del estado. Los antorchistas hablaremos, llegado el caso, alto y claro sobre los culpables del atropello, con nombres y apellidos al canto. Y que nadie se diga sorprendido o traicionado por nuestra legítima defensa.
4.- Con el presente comunicado, los antorchistas del país damos inicio a una campaña nacional de denuncia contra la amenaza de represión armada en Puebla, de explicación a las clases populares sobre el carácter justo de nuestras demandas y de preparación para prestar a los antorchistas poblanos todo el apoyo que haga falta, hasta conseguir que se les respete y se les haga justicia.
Atentamente:
LA DIRECCIÓN NACIONAL DEL MOVIMIENTO ANTORCHISTA
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