Brotes de inconformidad social surgen en muchas partes del país. Algunos alcanzan tiempos y espacios en los medios de comunicación. Otros pasan inadvertidos. Pero el hecho es que el desempleo, el encarecimiento de los servicios públicos, el endeudamiento familiar, la desesperación por hambre, provocan reacciones cada vez más violentas. El hartazgo entre amplios sectores de la población, que ya asoma, puede convertirse pronto en lo que muchos advierten como posible y otros ven lejano: un estallido social.
Por Rodrigo VeraProceso 1716 / 20 de septiembre de 2009
"¡Justicia!... ¡Justicia... ¡Justicia!", gritaban alrededor de 600 iracundos manifestantes, apostados en la entrada de la Cámara de Diputados de San Luis Potosí. El gobernador del estado, Marcelo de los Santos, se abría paso entre la multitud, iba a la ceremonia de instalación del Concreso local, el lunes 14 de septiembre.
De prontop, los inconformes -integrantes de varias organizaciones sociales del estado- lanzaron huevos al gobernador, cuya escolta formó una valla para cubrirlo de la lluvia de huevazos.
El director de Seguridad Pública, Eduardo Baca, pedía urgido que la mandaran a un centenar de policías para reforzar la proitección d lmandatario y contener a los manifestantes, quienes protestaban por el desempleo, la carestía y las promesas incumplidas del gobierno.
Claras y yemas escurrían por el traje gris, de corte fino, de Marcelo de los Santos. Asíi entró al recinto legislativo. Y al salir de la ceremonia, pese al cordón de seguridad, un huevazo se le estampó en la cara.
Los agentes arremetieron contra los manifestantes. Detuvieron a varios y los acusaron de "sedición", "motín" y "ultraje a la autoridad"; otros más aún están siendo perseguidos.
De la crisis económica, que ha agudizado las carencias de muchos millones de mexicanos, empiezan a surgir -como en el caso de San Luis Potosí- brotes de inconformidad y de protesta que podrían derivar en un "estallido social".
Al margen de estas advertencias, el gobierno del presidente Felipe Calderón presentó su programa económico para 2010, en el que se contemple una mayor carga tributaria, con nuevos impuestos y alzas en los ya existentes.
Por todas partes la población comienza a cerrar sucursales bancarias en protesta por los altos intereses de la banca, a secuestrar e incendiar autobuses públicos por el encarecimiento del pasaje, a realizar plantones por no tener acceso a la educación, a tomar instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por los recortes y los altos cobros de luz, a cerrar alcaldías incapaces de suministrar servicios municipales, a tomar centros laborales en protesta por los despidos, a robar alimentos para poder comer...
Ante estos brotes de hartazgo, muchos ya están alertando sobre un posible "estallido social", entre ellos el doctor josé Narro, rector de la UNAM; la Conferencia del episcopado Mexicano (CEM); Marcelo Ebrard, jefe del gobierno capitalino; e incluso Ernesto Cordero, titular de la Secretaría de Desarrollo Social.
Acucioso analista de estos recientes "polvorines", Saúl Arellano Almanza, director del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social (CEIDAS), alerta:
"Por todo el país, se gesta un movimiento social de inconformidad y de protesta. Comienza a resurgir el México bronco. Por ahora, son polvorines que tienen que ver con la falta de acceso a los servicios más indispensables, como el agua, la luz, los alimentos, el transporte o la educación".
-¿De dónde provienen estos brotes?
-Principalmente de la masa de 50 millones de pobres que ya no tienen nada que perder. En su desesperación, pueden provocar una revuelta social. No quiero ser catastrofista, pero a estas alturas ni el gobierno ni nadie pueden garantizar lo contrario. ¡Nadie!
Las movilizaciones
A principios de agosto, en el municipio chihuahuense de Cuauthémoc, un grupo de colonos "tomaron" la sucursal de Sotiabank, en protesta por los altos intereses de sus créditos. El líder de los manifestantes, Arnulfo Fay Fong, quien antes encabezó el bloqueo a una sucursal de Bancomer -explicó:
"Realizamos la toma porque los cobros que el banco impone están desfasados, pues cobra intereses de hasta 500 por ciento".
En respuesta, 13 sucursales bancarias de la zona fueron cerradas por los banqueros. El presidente del Centro Bancario del Estado de Chihuahua, Héctor Sada Márquez, dijo alarmado que los bancos no tenían "seguridad", y se quejó de que el Centro de Inteligencia Policial (Cipol) no aplacó la protesta.
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