REFLEJA ABUSO DE MANO DE OBRA INFANTIL, SITUACION DE MISERIA
Y EXPLOTACION DE MILLONES DE TRABAJADORES MEXICANOS
· Este 12 de junio se celebra el Día Mundial Contra la Erradicación del Trabajo Infantil, mientras en México tres millones de niñas y niños trabajan en condiciones infrahumanas
· Casi un millón y medio de ellos labora sin remuneración alguna
· México no ha ratificado el convenio 138 de la OIT sobre edad mínima para trabajar
México, D.F., 11 de junio de 2011
Este 12 de junio se celebra el Día Mundial para la Erradicación del Trabajo Infantil y como siempre, representantes del gobierno mexicano aparecerán en actos públicos para hablar de supuestas acciones en favor de la niñez mexicana. Mientras eso sucede, alrededor de tres millones de niñas y niños en el país tendrán que acudir a sus labores en fábricas, comercios, servicios, en la informalidad o en el campo; en donde trabajan en condiciones de alta precariedad, incluso, sin remuneración alguna.
El abuso de la mano de obra infantil en México no es otra cosa sino el reflejo de un sistema que tiene como fin la apropiación de la riqueza generada por las y los trabajadores en general para beneficio de las clases económicamente más poderosas, sin importar la edad de las personas a quienes explota: de los tres millones de infantes que trabajan, sólo 51.3 por ciento reciben alguna remuneración.
¿Cómo justificará el gobierno el abuso de la mano de obra que se perpetra contra la infancia mexicana? Las propias cifras oficiales de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, aun con el margen de duda que conllevan, descalifican cualquier intento del gobierno federal, especialmente de Felipe Calderón y Javier Lozano, de minimizar la tragedia de nuestra infancia en el terreno laboral.
De los niñas y niños trabajadores un millón 426 mil no obtiene ingresos por su trabajo, 758 mil 585 percibe hasta un salario mínimo; casi 547 mil recibe entre uno y dos salarios mínimos, 178 mil 644 entre dos y tres salarios mínimos y 55 mil ingresan más de tres salarios mínimos. Un millón 190 mil de los niños trabajadores no asiste a la escuela.
Recientemente, Thomas Wissing, director adjunto de la Oficina de Países de la OIT para México y Cuba, señaló: que la abolición de ese trabajo “no se va a lograr sólo con programas sociales y aplicación de las leyes, sino que debe ir acompañado principalmente con un trabajo decente para los padres y madres, y por la educación que reciban sus hijos”. ”. Así, la precarización de las y los trabadores adultos y el empobrecimiento de las familias mexicanas constituyen una de las causas de la generación de trabajo infantil.
Aunque en México hay normas jurídicas que prohíben o reglamentan el trabajo infantil, éstas no son respetadas y esa impunidad abre el paso a importantes niveles de explotación. El artículo 22 de la Ley Federal del Trabajo (LFT), prohíbe el trabajo de menores de 14 años, sin embargo, en el país se emplea la fuerza de trabajo de un millón de infantes entre los cinco y los 13 años.
De los tres millones de niños y niñas mexicanas que trabajan, 41 por ciento no asiste a la escuela y más de un tercio de ellos labora más de 35 horas a la semana.
La realidad en nuestro país contrasta de manera dramática contra cualquier discurso que pretenda ocultar la pobreza en que viven más de la mitad de los mexicanos; tanto así que, según las cifras del propio gobierno mexicano, más de un millón de niños son quienes aportan todo o una parte sustancial del ingreso en sus hogares.
Una quinta parte de las y los infantes trabajadores lo hacen en condiciones de riesgo laboral: expuestos a productos químicos o procesos tóxicos, en situaciones agobiantes, ruido excesivo, humedad; manipulan herramientas peligrosas o cargan pesos excesivos, en actividades relacionadas con la agricultura, minería, construcción, servicios, comercio, transporte, ladrilleras, basureros a cielo abierto. Peor aún, una gran cantidad labora de noche. El resultado, cuatro por ciento de ellos ha sufrido algún accidente o lesión grave en su trabajo.
Las entidades que más usan y abusan de la mano de obra infantil en condiciones de riego mayor son: el estado de México (13.4%), Veracruz (6.7%), Jalisco (6.4%), D.F (6.3%), Puebla (5.7%) y Guanajuato (5.1%).
De la misma manera que se precariza el trabajo adulto, en el caso del infantil las condiciones son de miseria y subsistencia, sin que las autoridades cumplan su mandato constitucional de proteger a quienes viven de su trabajo. No existe inspección laboral especializada en trabajo infantil ni castigo a aquellos que se sirven de las y los niños para enriquecerse. El gobierno mexicano ni siquiera ha ratificado el convenio 138 de la OIT sobre la edad mínima de admisión en el empleo.
Reiteramos que la dramática situación de las y los infantes que trabajan es consecuencia de las condiciones de miseria a que se ha sometido a millones de mexicanos, a la precarización y falta de empleos de los adultos, que se ven imposibilitados de cubrir las necesidades familiares y se ven obligados a mandar a sus hijos a trabajar. Eso, es evidente, al gobierno mexicano no le interesa, puesto que sigue empeñado en servir a la ambición de los más poderosos. Una prueba de ello es su obsesión por que se apruebe una reforma laboral que abarataría aún más la mano de obra, generalizaría la pobreza, y con ello aumentaría la población infantil que es lanzada al trabajo
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