La vida es maravillosamente impredecible: En un momento de indiferencia, de sosiego, de calma, nos puede llevar en un instante, a un espacio de inmensa alegría, para luego, sin avisar, propinarnos el más profundo dolor.
A la vida, no se le puede equiparar con nada; soñar, anhelar, ambicionar lo que otros tienen, es mirarse en un espejo y no encontrarse así mismo; es sentirse vacío del alma, aunque lleno de complejos… la vida es respirar, no cuál perfume usamos; la vida es andar, no en qué nos movamos; la vida es disfrutar, no con cuánto lo hagamos.
Lo pequeño es hermoso: una amistad sincera, una sonrisa franca, una pena compartida, un abrazo solidario, un sentimiento comprendido, un adiós y un… hasta pronto…
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