A DOS AÑOS DEL ASESINATO DEL "KIKÍN"

DEFENSA A ULTRANZA

Lunes, 27 de Noviembre/2006

Hace dos años, el 27 de noviembre del 2007 ocurrió la lamentable pérdida de la vida de u joven tras un homicidio, acontecimiento que dio un giro importante no solo en la vida de la sociedad queretana, también en las vidas de Federico Ruiz Lomeli y de los familiares de Marco Antonio Hernández Galván, así como de los demás involucrados.
Esta tragedia provocó un linchamiento social a la persona de Federico Ruiz y el de su familia; fue una victima al igual que la familia de Marco Antonio Hernández Galván, porque su muerte sigue sin aclararse.
En las diversas publicaciones sobre las declaraciones realizadas por Miguel Gerardo, son evidentes varios elementos de contradicción, lo que hace perceptible la posibilidad de que sus abogados Gerardo Alcocer Murguía, Alfonso Rodríguez Sánchez y Sergio Guerrero iniciaran una serie de trámites para lograr que se declarara culpable a Federico Ruiz.

De acuerdo con un análisis retrospectivo, hay elementos que conllevan a precisar que lo que buscaban estos abogados no era esclarecer el crimen, sino el de hacerle un daño a Federico Ruiz, utilizando la lamentable muerte de Marco Antonio Hernández, hecho que queda claro al forzar la remoción, del primer abogado de la familia Hernández, sustituyéndolo por el nuevo equipo de abogados encabezados por Gerardo Alcocer Murguía y Alfonso Rodríguez Sánchez, quienes deciden patrocinar a la familia y al testigo de manera gratuita y prestar sus servicios ilimitadamente.
La entrada de estos nuevos litigantes al asunto fue provocada cuando decidieron cambiar las primeras acusaciones de los testigos del crimen; el día 3 de febrero del 2005, fecha en que señalan directamente como el responsable a Federico Ruiz. El señalamiento se fundamenta en que solo uno de los testigos Miguel Gerardo Rivera Alcanzar declara que reconoció a la persona que había agredido a su amigo, porque era el mismo que apareció el 19 de diciembre de 2004, porque se presentó 47 días después a realizar el señalamiento de Federico?
De acuerdo a la primera declaración que rindieron en el Ministerio Público los tres testigos presenciales: Juan Eduardo Cumplido, Gamaliel Rivera y Miguel Gerardo Rivera, los tres coinciden en los rasgos del agresor al señalar que se trata de una persona obesa, morena de estatura de más de 1.75, características que no coinciden con el señalamiento realizado en una tercera declaración por uno de los testigos Miguel Gerardo, aun así los abogados asumen una desconocida insistencia en tratar de señalar a Federico Ruiz como responsable del homicidio, incluso después de un mes de hacer el señalamiento en el M.P., acuden a los medios de comunicación acompañando a Miguel Gerardo, pretextando que es la única forma de “ejercer presión”.
Las pruebas jurídicas y de sentido común permiten establecer que Federico ha probado su inocencia frente a la justicia, una de ellas es que no concuerdan los horarios en que ocurrieron los hechos de los que se trata de señalar a Federico Ruiz como culpable, ya que a las 3:26 la Guardia Municipal recibe la primera llamada de auxilio del teléfono celular de Juan Eduardo –uno d los testigos-, reportando los hechos. A esa hora Federico probó que se encontraba en “Tacos el Pata”, con el comprobante de su tarjeta de crédito, ya que a las 3:28 se estaba acreditando el pago del consumo que hizo en dicho establecimiento y a las 3:32 es la hora en que la ambulancia de la Cruz Roja arriba al lugar de los hechos a prestar auxilio a Marco Antonio y Miguel Gerardo.
Los abogados, han caído además en errores jurídicos, ya que exigen un careo de Federico con Miguel Gerardo, la ley señala, que durante la averiguación previa no existe la prueba del careo , lo que se prevé para el caso de que la víctima no sepa quien es su agresor es una confrontación, o bien tratando de confundir a la opinión pública con una supuesta exoneración planteada por el procurador sobre el caso de Federico, señalamiento que el procurador ha declarado a los diferentes medios de comunicación nunca realizó.
El rumor, el chantaje e intereses ajenos a la verdad se han hecho presentes en este asunto. A pesar de lo que se dice, Federico Ruiz Lomeli, ha estado en esta ciudad la mayor parte del tiempo desde que ocurrió el suceso, y es aquí donde sigue trabajando. Se ha presentado en el Ministerio Público cuantas veces ha sido requerido porque jurídicamente es su obligación.
La familia de Federico se ha forjado en base al esfuerzo, como la mayoría de quienes viven en esta ciudad, quienes los conocen saben que jamás han estado involucrados en actos delictivos o de corrupción, razón por la que no se prestaron a negociaciones.
A nadie se le desea que sufra lo que la familia de Marco Antonio ha sufrido, pero tampoco se le desea a nadie o que Federico y su familia han padecido, por ellos y por la sociedad queretana es que se seguirá exigiendo que este crimen se esclarezca. Hay alguien libre que no ha sido juzgado y un testigo que amparado en las contradicciones y mentiras lo ha dejado libre.
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Simplemente inconcebible, con argumentos falaces este períodico pretende deslindar al que hasta el momento no ha podido comprobar su inocencia del artero crimen en cuestión, Federico Ruiz Lomeli, heredero del grupo coca-cola. El rotatorio, hace una defensa que en mi vida he visto que se haga en períodico alguno, se 'documenó' el autor de tan descabellado escrito de tal forma que pudiera presentar un escenario donde Marco Antonio y sus acompañantes resultaran ser los culpables de que los agredieran y que el "pobre" de Federico Ruiz, debe de ir directo a la canonización al Vaticano por la terrible injusticia de la que está siendo objeto.

Es evidente lo que pasa en esta nota nada periodística, más bien, es una iserción pagada como cualquier otro anuncio coca-culero. Los datos fueron proporcinados tanto por familiares del inculpado como de los abogados de éste, talvez lo único que le hubiera gustado agregar a la redacción de esta carta más mameluca que la chingada, pues son algunas lágrimas para maximizar el terrible efecto que le ha ocasionado todo esto a Federiquito, parece que los lunes ya no quiere ir a los antros, sólo de martes a domingo, y dicen que ya no le gusta usar la fatidica BMW, y que ahora prefiere viajar en el Mercedes Benz, vaya estragos que le ha causado su acusación sin pruebas en este desatinado asunto, todo porque alguien lo quiere perjudicar a él y a su apreciable familia, que no se merece esto porque quien los conoce, saben que que se "han forjado con mucho sacrificio".

En primera, el que escribió toda esta pendejada debe de ser muy amigo de la familia de Federico Ruiz Lomeli, pues menciona que los que conocen a la mentada familia saben que son incapaces de entrar al juego de la corrupción, si esto es así, el creador de tan magna obra literararia debe de gozar de un poder económico excelente, al grado que le permita mantener relaciones cercanas con la familia cocacolera, puede ser que el mismo periodísta haya sido uno de los acompañantes de Federico Ruiz el día del altercado, ya que lo defiende con tal seguridad, que pereciera que él le estaba boleando los zapatos mientras el junior tragaba tacos en el Pata.

Lo evidente es que el períodico Noticias deja claro que si los cocacoleros no se prestan al fraude, pues ellos sí, es patético este caso, no se molestaron ni en maquillarlo un poco, el discurso fue directo para satanizar a los abogados y testigos, con el objeto de restarle credibilidad a sus dichos y limpiar la imagen del ensangrentado Ruiz Lomeli, de esta forma, por medio de cañonazos de dinero invertido en los medios, es posible que un crimen quede impune y una vez más, la aplicación de la ley sea letra muerta enterrada con palas de billetes.