Escasa, que digo escasa, escasísima fue la movilización de los priistas el pasado domingo en las votaciones que definieron a quien los dirigirá nacionalmente durante los próximos tres años. En esta ocasión el personaje menos querido por los militantes del tricolor en el estado, Jesús Rodríguez Hernández, apostó por la opción correcta y “movió” sus huestes para apoyar a Beatriz Paredes, mientras que el grupo del diminuto Braulio Guerra Urbiola de presencia baja –no por su estatura- apoyó a Enrique Jackson para alcanzar la dirigencia nacional, perdiendo como de costumbre, aunque para recomponer esta situación y cansado de fracasar Braulio el chico, ya está negociando su entrada con los que de todas, todas las pueden, los fascistas...o panistas, es igual.
El caso es que según “expertos” en la materia política local, se menciona que la victoria de Beatriz Bardas le garantiza a Rodríguez Hernández su estancia en el cargo al menos hasta que termine su gestión, situación que también garantiza que el priismo estatal lejos de recomponer su camino, siga en franca picada.
Y con respecto a Beatriz que se ha autodefinido como de izquierda, le brindaremos el beneficio de la duda esperando que no se entregará de pechito al gobierno del ESPURIO y de verdad represente un contrapeso del gobierno elitista de Felipe Animalón.
El caso es que según “expertos” en la materia política local, se menciona que la victoria de Beatriz Bardas le garantiza a Rodríguez Hernández su estancia en el cargo al menos hasta que termine su gestión, situación que también garantiza que el priismo estatal lejos de recomponer su camino, siga en franca picada.
Y con respecto a Beatriz que se ha autodefinido como de izquierda, le brindaremos el beneficio de la duda esperando que no se entregará de pechito al gobierno del ESPURIO y de verdad represente un contrapeso del gobierno elitista de Felipe Animalón.
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