En las últimas tres semanas, he recibido la visita de tres mujeres que se dijeron representar a distintas instituciones y que venían a realizarme una “encuesta”, pero varias cosas resultaron bastante curiosas (por no decir dudosas) durante la mencionada “encuesta”.
La primera persona que llegó, refirió que estaban haciendo un estudio sobre el nivel de vida de los niños, a lo que le respondí que no podía contestarle en ese momento porque iba saliendo a una reunión, sin embargo, la visitante insistió de una manera fuera de lo común lo que me hizo dudar y accedí a las preguntas para saber de qué se trataba.
Lo raro del asunto es que las preguntas se enfocaron más a mis datos personales que al tema que supuestamente venía investigando, por supuesto que nada de lo que respondí fue cierto, así que no pudo obtener lo que talvez traía como objetivo la enviada de no se quien.
El caso de la segunda mujer que se apersonó en mi domicilio, fue más raro aún, pues al llegar a mi residencia, me percato que hay un vehículo estacionado precisamente frente a mi casa, al verme llegar, la mujer inmediatamente desciende del carro y me aborda, diciéndome que venía del INEGI y que se encontraba realizando una encuesta sobre la violencia intrafamiliar, al igual que la persona anterior, ésta no mostraba ninguna identificación, situación de por si bastante rara, pues este instituto siempre manda a personas con credencial y algún otro atuendo que permita saber que en realidad proceden del mismo.
Pero no fue la única anomalía en este evento, ya de por sí me puso a pensar de porqué tan cercana una visita de este tipo de la otra pero accedí a la “encuesta” y de nueva cuenta la visitante centro sus preguntas a mis datos personales los cuales di sin la mayor exactitud.
Pero hay una inexactitud más en la metodología de la señora, los que realizan encuestas (y más siendo el INEGI), seleccionan los ageb’s que le dicen las manzanas y lotes que deben ser visitados, a lo cual los encuestadores se avocan pero en caso de que en uno de los domicilios señalados no encuentren a ningún habitante, deben pasar al siguiente y así sucesivamente, lo raro es que la persona estaba esperándome lo que no corresponde al actuar de los encuestadores.
La tercera persona se presentó la semana pasada, ésta si portando identificación que decía provenir de BIPSA, BIMSA, o no recuerdo bien el nombre, y su “encuesta” se refería a las bebidas alcohólicas, sin más, nuevamente accedí más con malicia que con el afán de responder efectivamente las preguntas de la señora.
Todo iba bien, hasta pensé que esta “encuesta” si era real, pues las preguntas si estaban enfocadas al tema comentado con antelación por la encuestadora, sin embargo, lo inevitable sucedió; al finalizar sus preguntas, comenzaron las otras de carácter personal, incluso, la visitante mencionó (de manera jovial) que ya no tenían relación con el tema que la llevó a mi domicilio y preguntó si tenía licenciatura, cuál era, que si soltero, por lo que le dije que no había más respuestas y con visible decepción, aceptó y se fue no habiendo obtenido el encargo.
Muchos de ustedes se preguntarán qué de raro tiene que lleguen a encuestar a uno, pues lo raro en primer lugar es que nunca en mi fatídica vida me había realizado una encuesta y ahora me realizan TRES en TRES semanas, la falta de identificación de dos de ellas y la constante en querer saber mis datos personales cuando en ninguno de los caso eran necesarios, y lo digo porque también yo he realizado encuestas y fue muy obvia la consigna.
Muchos de ustedes tampoco tienen idea de la cartera de información y los detalles de la misma que posee el gobierno pusilánime del estado de Querétaro, ni los mecanismos para allegarse de la misma, por ejemplo, de una persona que consideren non grata, cuentan con su registro del IMSS, Infonavit, cuentas bancarias, número y nombre de sus hijos y un largo etcétera que es impresionante.
Por supuesto que no digo nada y lo digo todo, y eso que me faltó mencionar otro detalle que me ocurrió con una unidad de la Guardia Municipal que también fue bastante raro, pero si de verdad supieran de los métodos que estos señores utilizan, se darían cuenta del trasfondo de esta burda situación.
Por lo pronto, seguiré esperando la próxima encuesta, haber de que se trata en esta ocasión; si de la moda en París, si de las paletas payaso, si me gusta la nueva banda Timbiriche, o haber que tontería se les ocurre.
Y si quieren saber mis datos personales (no así mi identificación porque es obvio que la saben), pues pónganle un poco más de talento y no sean tan torpes en su actuar, ¡¡¡caramba!!! me molesta la incompetencia.
La primera persona que llegó, refirió que estaban haciendo un estudio sobre el nivel de vida de los niños, a lo que le respondí que no podía contestarle en ese momento porque iba saliendo a una reunión, sin embargo, la visitante insistió de una manera fuera de lo común lo que me hizo dudar y accedí a las preguntas para saber de qué se trataba.
Lo raro del asunto es que las preguntas se enfocaron más a mis datos personales que al tema que supuestamente venía investigando, por supuesto que nada de lo que respondí fue cierto, así que no pudo obtener lo que talvez traía como objetivo la enviada de no se quien.
El caso de la segunda mujer que se apersonó en mi domicilio, fue más raro aún, pues al llegar a mi residencia, me percato que hay un vehículo estacionado precisamente frente a mi casa, al verme llegar, la mujer inmediatamente desciende del carro y me aborda, diciéndome que venía del INEGI y que se encontraba realizando una encuesta sobre la violencia intrafamiliar, al igual que la persona anterior, ésta no mostraba ninguna identificación, situación de por si bastante rara, pues este instituto siempre manda a personas con credencial y algún otro atuendo que permita saber que en realidad proceden del mismo.
Pero no fue la única anomalía en este evento, ya de por sí me puso a pensar de porqué tan cercana una visita de este tipo de la otra pero accedí a la “encuesta” y de nueva cuenta la visitante centro sus preguntas a mis datos personales los cuales di sin la mayor exactitud.
Pero hay una inexactitud más en la metodología de la señora, los que realizan encuestas (y más siendo el INEGI), seleccionan los ageb’s que le dicen las manzanas y lotes que deben ser visitados, a lo cual los encuestadores se avocan pero en caso de que en uno de los domicilios señalados no encuentren a ningún habitante, deben pasar al siguiente y así sucesivamente, lo raro es que la persona estaba esperándome lo que no corresponde al actuar de los encuestadores.
La tercera persona se presentó la semana pasada, ésta si portando identificación que decía provenir de BIPSA, BIMSA, o no recuerdo bien el nombre, y su “encuesta” se refería a las bebidas alcohólicas, sin más, nuevamente accedí más con malicia que con el afán de responder efectivamente las preguntas de la señora.
Todo iba bien, hasta pensé que esta “encuesta” si era real, pues las preguntas si estaban enfocadas al tema comentado con antelación por la encuestadora, sin embargo, lo inevitable sucedió; al finalizar sus preguntas, comenzaron las otras de carácter personal, incluso, la visitante mencionó (de manera jovial) que ya no tenían relación con el tema que la llevó a mi domicilio y preguntó si tenía licenciatura, cuál era, que si soltero, por lo que le dije que no había más respuestas y con visible decepción, aceptó y se fue no habiendo obtenido el encargo.
Muchos de ustedes se preguntarán qué de raro tiene que lleguen a encuestar a uno, pues lo raro en primer lugar es que nunca en mi fatídica vida me había realizado una encuesta y ahora me realizan TRES en TRES semanas, la falta de identificación de dos de ellas y la constante en querer saber mis datos personales cuando en ninguno de los caso eran necesarios, y lo digo porque también yo he realizado encuestas y fue muy obvia la consigna.
Muchos de ustedes tampoco tienen idea de la cartera de información y los detalles de la misma que posee el gobierno pusilánime del estado de Querétaro, ni los mecanismos para allegarse de la misma, por ejemplo, de una persona que consideren non grata, cuentan con su registro del IMSS, Infonavit, cuentas bancarias, número y nombre de sus hijos y un largo etcétera que es impresionante.
Por supuesto que no digo nada y lo digo todo, y eso que me faltó mencionar otro detalle que me ocurrió con una unidad de la Guardia Municipal que también fue bastante raro, pero si de verdad supieran de los métodos que estos señores utilizan, se darían cuenta del trasfondo de esta burda situación.
Por lo pronto, seguiré esperando la próxima encuesta, haber de que se trata en esta ocasión; si de la moda en París, si de las paletas payaso, si me gusta la nueva banda Timbiriche, o haber que tontería se les ocurre.
Y si quieren saber mis datos personales (no así mi identificación porque es obvio que la saben), pues pónganle un poco más de talento y no sean tan torpes en su actuar, ¡¡¡caramba!!! me molesta la incompetencia.
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