PERRO DEL MAL

Censura Canchola ranchos de Diego
Lacera a ejidatarios que sufren para sacar un puño de maíz

Por Luis Montes de Oca
Sábado 29 de Diciembre/2007

Diego Fernández de Ceballos tiene al menos tres ranchos aquí, de 300 hectáreas de riego cada uno, cuando en la Constitución se establece que no pueden ser propietarios de más de 200 hectáreas de riego, afirmó ayer Salvador Canchota Pérez.
En entrevista, acompañado por el ingeniero agrónomo David García Torres, destacó que ya había visitado esos ranchos en Pedro Escobedo y Colón, mismos que estaban bardeados con cantera de la buena y bien pulidita.
Estos contrastes laceran cuando el ejidatario está sufriendo aquí mismo para sacar el puño de maíz de la tierra para el consumo de su casa.
Las desproporciones son muy grandes, el gobierno propicia que no haya trabajo en el campo para que la gente se vaya a Estados Unidos, para que manden dólares, pensé –dijo- que era por ineficiencia del gobierno, pero no es así, es lo que pretenden es un programa para que no haya trabajo en el campo para que se abarate la tierra y se apropien los particulares para fraccionarla o sembrar lo más rentable sin importarles el hambre del pueblo.
Con estas desproporciones no tiene caso sembrar, es mayor el costo de trabajo e insumos que lo que cuesta comprando el maíz en el extranjero, además cada día se va más gente a Estados Unidos, que son los que producen, aunque se traiga a la ciudad.
La situación es preocupante, se tiene que crear empleos aquí, el migrante viene a México, se pasea, gasta y lo que le queda son unos centavos que dejan para los grandes comercios e industrias, porque se gastan sus dineros en carros o camionetas que chocan cada rato, pero no tienen grano, sus tierras no las están haciendo producir.
Sin ser alarmista hay que preocuparse, los jóvenes no tienen preocupación por el porvenir, más bien los viejos somos los más preocupados, cuando nos quedan tal vez cinco años de vida y a los jóvenes que desde los 14 años ya se quieren ir al norte, menos les preocupa.
Tenemos que entrar en un movimiento no sólo de resistencia civil pacífica, sino de avance hasta donde aguante la gente que nos quedamos, porque los que se van pierden hasta la identidad.
Los migrantes son felices con su texana y sus botas vaqueras, casándose para dejar a la mujer abandonada.
El interés por el campo debe ser de los mismos migrantes, invirtiendo el dinero de las divisas en él, para que sus viejos, sus hijos y sus mujeres tengan trabajo y bienestar.
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Pero cuándo le ha importado al barbajan éste cumplir con la ley, al contrario, su deporte favorito es violarla, y es cierto, es lacerante el contraste ocasionado por la falta de sensibilidad y conciencia de políticos como este señor, que sólo sabe alardear pero no es más que un mercenario de la política.
Y la razón de que decenas de queretanos emigren de sus respectivos lugares de origen hacia Estados Unidos, es por un lado económica y por otro, cultural, ya que muchos jóvenes a temprana edad y sin tener una verdadera necesidad, parten porque ya es una tradición hacerlo, situación que pude constatar en una población que si bien no es de Querétaro, si es un fenómeno que se da en todo el país, sin demeritar que la causa principal es la falta de espacios laborales y bien remunerados lo que hace que la gente cruce a realizar trabajos “que ni los negros quieren hacer”, frase celebre del erudito Dr. Vicente Brutox.