
Las mentiras de Calderón
Por Martín Morales
Como parte de su política de “empobrecimiento” deliberado de la industria petrolera en manos del Estado, para justificar la injerencia inmediata del capital privado en Pemex, el gobierno calderonista asegura que sólo hay petróleo para nueve años. Sin embargo, expertos en la materia, incluidos ex directores de Pemex como Adrián Lajous y Francisco Rojas, aseguran que las reservas son para al menos 29 años, de convertir en probadas las actuales reservas probables y posibles.
ingeniero José Luis Apodaca, investigador del Observatorio Ciudadano de la Energía A. C., señaló que se tergiversan las cifras por una urgencia de hacer la reforma ya comprometida en el exterior para “compartir con empresas privadas extranjeras las ganancias que produce la explotación del petróleo mexicano”.
Los ingenieros Alfonso Hickman Sandoval, del Comité Nacional de Estudios de la Energía, y José Luis Apodaca, confirmaron, en entrevista, la versión de que hay reservas para 29 años. Dijeron que cuando el gobierno proyecta nueve años de reservas sólo se refiere a las probadas, pero no a las probables que se pueden traducir en posibles y éstas que se pueden convertir en probadas, lo cual es un potencial real de México, afirmaron.
De acuerdo con estudios que han realizado, “las reservas nacionales de petróleo crudo equivalente son de 45 mil millones de barriles (mmb), que se clasifican de la siguiente manera: reservas probadas: 15 mil millones de barriles, con un valor de 750 mil millones de dólares (mmd), para 10 años; probables: 15 mmb, con un valor de 750 mmd, para 10 años más; posibles: 15 mmb, con un valor de 750 mmd, para 10 años más. Total: 45 mmb con un valor de 2,250 mmd, para 30 años”, aproximadamente, precisó José Luis Apodaca.
Las reservas probadas se forman con el petróleo disponible para su uso mediato y son las únicas consideradas a la hora de certificar las acciones de las petroleras en las Bolsas de Valores del mundo. Por eso, cualquier empresa internacional exigirá riesgo compartido para buscar petróleo en aguas profundas mexicanas, porque de hallarlo, como se esperaría, necesitará mostrar a las certificadoras de la Bolsa de Valores la posesión en exclusiva para la explotación del recurso y, así, el precio de sus acciones aumente.
Las reservas probables se localizan en zonas en las cuales es mucho más difícil certificar la existencia de determinada cantidad de petróleo.
Las reservas posibles constituyen una parte inferior de esta condición, es decir, sin negar que exista, no se puede saber con exactitud la cantidad de recurso eventualmente utilizable; además, hay que restarle sustancias como arcilla, gas, entre otras.
Alfonso Hickman lo explica de esta manera: “Todas esas reservas para 30 años se localizan tanto bajo tierra firme como en aguas someras del Golfo de México (…) Las reservas probadas tienen certidumbre total para su extracción. Las reservas probables tienen solamente un 50 por ciento y las posibles un 10 por ciento, pero mediante recursos básicos de inversión es factible incrementar las reservas al convertir las reservas probables en posibles y finalmente traducirlas en probadas”.
Por su parte, José Luis Apodaca detalló que los costos de hacer toda esa operación descrita por Hickman se pueden cubrir con recursos propios de Pemex, siempre y cuando se administre mejor. Se necesita “incrementar la competitividad de los 140 mil trabajadores y ése debe ser el objetivo principal de Pemex y su sindicato. Dedicar mayores recursos de inversión a la exploración para aumentar constantemente las reservas probadas de crudo. Entre los años 2000 y 2006 solamente se dedicaron a este rubro mil millones de dólares. Una política agresiva en este sentido implicaría destinar 10 mil millones de dólares por año hasta duplicar las reservas probadas”.
Además -indicó- Pemex debe invertir en refinerías, porque agregan valor, generan cadenas productivas y empleo. “Actualmente se vende petróleo crudo en promedio anual a 62 dólares por barril y se compran gasolinas a 102 dólares por barril. Con los remanentes se puede cubrir el costo de una refinería por año. Además, Pemex debe invertir directamente y sustituir el esquema de obras Pidiregas (inversiones privadas con cargo al erario a largo plazo) porque además de ser muy caras en sus costos unitarios y su financiamiento es muy difícil transparentar su administración”.
Pero el gobierno federal y muchos legisladores del Congreso “parecen no saber de negocios y rehuyen su responsabilidad de administrar adecuadamente la empresa nacional de la explotación del petróleo. Los convenció alguien de que hagan una reforma energética para que empresas transnacionales como Repsol, Exxon Mobil, Shell, inviertan en la exploración y explotación del petróleo mexicano (las cuales) por cada dólar que inviertan se quedarán con dos y medio, y si bien nos va”.
Conflictos con la verdad
Con spots televisivos y videos en Internet, la administración federal insiste que el petróleo está por acabarse e invita con urgencia a los mexicanos a ir por “el tesoro” escondido en el Golfo de México. El presidente Felipe Calderón llamó a los sectores “a dejar atrás prejuicios partidarios e ir por los cambios normativos y regulatorios que requiere Pemex”, porque las reservas petroleras sólo durarán “nueve años” y ante esto “no podemos permanecer inmóviles, porque los costos para la nación serán irreversibles”.
La secretaria de Energía, Georgina Kessel, asegura que los yacimientos mexicanos “están en una etapa de declinación” y se agotarán en nueve años. Por eso demanda ir por los 100 mil barriles escondidos en aguas profundas del Golfo de México lo cual dará petróleo para 60 años, aunque para lo cual se necesitarán asociaciones con empresas poseedoras de la tecnología para sacarlo (empresas extranjeras).
Chocan los datos sobre las reservas de los especialistas y de los funcionarios. El Observatorio Ciudadano de la Energía A.C. encontró además discrepancias en los informes sobre reservas mexicanas entre el documento enviado en inglés a la Securities and Exchange Comission (SEC), equivalente en Estados Unidos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de nuestro país, y el Informe Anual de Pemex.
“Es interesante compararlos y preguntarse: ¿Dos verdades diferentes, de acuerdo con el destinatario? o bien, ¿un informe mentiroso y otro verdadero, de acuerdo también con el destinatario?”, indica el texto del Observatorio. A esto se agregarían: ¿Por qué se miente a los mexicanos sobre las verdaderas reservas petroleras del país y por qué tanta prisa por explorar el Golfo de México?
La opción mexicana con el petróleo
(…)A corto y mediano plazos, la composición actual del acervo de reservas probadas y probables sugiere tres prioridades de desarrollo y la distribución de los recursos potenciales apunta a otras dos de exploración. Los recursos potenciales en aguas ultra-profundas cobran relevancia a más largo plazo. Las tres prioridades de desarrollo hacen hincapié en el imperativo de elevar los factores de recuperación esperados en campos conocidos, particularmente donde son bajos. Las principales oportunidades se localizan en los complejos Cantarell y Ku-Maloob-Zaap; en el Paleocanal de Chicontepec; y en los campos de la Región Sur, en los estados de Tabasco y Chiapas. En materia de exploración, por su monto y por su menor grado de dificultad técnica, sobresalen recursos en aguas someras y áreas terrestres, así como en aguas profundas con tirantes de agua que van de 500 a 1,500 metros. En documentos dados a conocer por Pemex Exploración y Producción en diversos foros públicos, estas prioridades aparecen claramente delineadas. Sin embargo, la empresa ha decidido incursionar también en aguas ultra-profundas a partir de 2010. Al hacerlo en estos momentos, pone en riesgo el cumplimiento de las metas de producción y restitución de reservas a 2012 del propio gobierno, dadas las restricciones de capital humano y de capacidad de ejecución que actualmente enfrenta (…).
(…)El factor de recuperación esperado de las reservas probadas y probables de hidrocarburos del país es de sólo 28 por ciento. Sin embargo, dado que el factor de recuperación de gas natural es sensiblemente mayor al del petróleo crudo, el factor medio de recuperación de este último se estima en 25 por ciento. Los factores esperados de crudo varían de campo a campo, dentro de un intervalo particularmente amplio: de 46 por ciento en Cantarell a 7 por ciento en Chicontepec, pasando por 33 por ciento en la Región Sur y 37 por ciento en Ku-Maloob-Zaap (KMZ). Restando Chicontepec del promedio nacional se obtiene un factor medio de recuperación de crudo de 36 por ciento. Este puede y debe incrementarse(…)”.
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