Ayer se consumó la transferencia de poderes en el cargo de gobernador del estado y de las 18 presidencias municipales que lo integran.
Como era de esperarse, la atención mediática se concentró en la toma de protesta de Francisco Domínguez Servién y, principalmente, en la de José Calzada Rovirosa, sobre todo por el buen número de personalidades de la política estatal y nacional que se dieron cita en el Teatro de la República.
El primer mensaje de Calzada como gobernador, me pareció bueno, bien estructurado, con tacto e incluyendo líneas de acción en temas específicos respecto a lo que pretende realizar durante su gestión.
En contraste, Domínguez Servién, más allá de su evidente dislexia, presentó un discurso bastante malo, tanto que no recuerdo haber escuchado uno peor de político alguno, no sólo por su contenido sino también porque Domínguez parece no saber leer, se cansó de decir una palabra por otra o de mencionarlas erradamente.
Un discurso que en un momento pareció informe de gobierno, aderezado con "buenos" deseos que jamás detalló cómo va a cumplirlos.
Lo de ayer sólo fue protocolo y esperemos que no sea reflejo de la forma en que cada uno de los nuevos funcionarios va a trabajar, porque si es así, con Dominguez ya nos cargó el payaso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario