SE REANUDA LA LIGAMX LEÓN VS MAZATLÁN

jueves, enero 21, 2010

ARTÍCULO

EL ENEMIGO DE MI ENEMIGO…ES ¿MI ALIADO?

Este año que inicia parece ponerse bueno y no precisamente por el mundial de Sudáfrica, sino por las batallas electorales que habrá en México. Habrá elecciones en 15 entidades federativas, y de esas 15 en 12 estados se elegirá titular del ejecutivo y se tratan de: Chihuahua, Sinaloa, Tamaulipas, Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas, y de estás 12, 9 son del PRI, 2 del PAN y 1 del PRD.
Pero échele un ojo a este dato que seguramente le impactará, o ya le impactó, tanto como a mí. Resulta que en el caso de Hidalgo, Puebla y Oaxaca pretenden ir en alianza Acción Nacional y el partido del Sol Azteca. ¿Cómo la ve? Después de que se gritaron, se arañaron y se dijeron hasta lo que ya no hoy se pretenden abrazar y andan coqueteando estos chamacos azules y amarillos. Los líderes nacionales de ambos institutos políticos ya dieron su “aval” para que se lleven a cabo las negociaciones pertinentes para construir acuerdos y las alianzas, aunque claro, como para taparle el ojo al macho, los azules dijeron que se aliarían siempre y cuando no se trate de apoyar a un candido que siga la línea de López Obrador.

¿Podemos hablar de ética o moral cuando se trata de política? Me parece que es muy difícil. Diría un personaje de la historia de México del siglo XX: “la moral es un árbol que da moras, o vale para una ch…” De tal manera que en este escrito procuraré no meter esos elementos, ya que en esa perspectiva no valdría la pena.
Para no robarle mucho su tiempo, trataré de ser breve en cuanto a lo que puede ocurrir en esta alianza. A mi parecer hay 4 elementos que se deben tomar en consideración para la construcción y que son puntos débiles. En primer lugar estos muchachos serán objetos de ataques por parte de sectores sociales y políticos, dichos ataques se basarán en cuestiones de ética, moral e incompatibilidad de filosofías, ya que mientras el PAN es un partido de carácter empresarial y conservador, el PRD es más radical y más inclinado hacia asuntos sociales (bueno, eso dicen). Y otros ataques no menos numerosos posiblemente se remontarán a las elecciones presidenciales del 2006, donde las diferencias quedaron bastante marcadas y la frágil relación que existía terminó por resquebrajarse.
En segundo lugar las cúpulas de ambos partidos políticos tendrán la difícil tarea de convencer a sus bases de que trabajar con el PRD o trabajar con el PAN es lo mejor que les puede pasar en sus vidas. Puede haber arreglos de los altos mandos, pero si las personas que conforman la base de los institutos no se convencen o no lo ven con buenos ojos, la construcción de la alianza se verá cada vez más mermada. Fundamentalmente por parte de los perredistas, que podrían llegar a encontrar en su gente mucha resistencia y reticencia a trabajar de la mano con los azules.
En tercer lugar y no menos importante, en el supuesto de convencer a sus bases, tendrán que fabricar un proyecto en común para persuadir a los posibles votantes de que su plan de trabajo es el mejor, de que la alianza que hicieron es porque se dieron cuenta de que se amaban y que no están juntos porque les conviene, o algo así. Existe la posibilidad de que los ciudadanos de estas entidades no vean con buenos ojos dicha alianza.
Finalmente, en el gran supuesto de lograr construir una alianza fuerte y de obtener el triunfo en los comicios, se requerirá de personas con una habilidad político-quirúrgica tremenda para hacer encajar los intereses, sin que éstos choquen, y me refiero a los posicionamientos al interior del aparato gubernamental. Si aquí en Querétaro, prácticamente ganó un solo partido y esta siendo un gran relajo acomodar a la gente, imagínese acomodar a las personas de ambos partidos (PAN y PRD), cuya estructura es mucho más amplia que la de Nueva Alianza. De no lograr acomodar ese gran rompecabezas, los choques se harán evidentes y puede existir la posibilidad de que esto repercuta en el funcionamiento de las instituciones y por lo tanto en la elaboración de las políticas públicas.

DIEGO PARRA GARCÍA
Así que aquí tenemos un claro ejemplo de lo que es el pragmatismo político, aunque me parece que no tendrá mucho éxito por los 4 elementos que comenté en los párrafos anteriores. Finalmente quien tiene la razón y la última palabra es usted, así que lo dejo a su consideración y mientras tanto agradezco su tiempo y atención.

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