Con otra
perspectiva
Sábado,
24 de mayo de 2014
►Ya
lo había afirmado y ahora lo reitero, que a propósito de la educación, esto es,
de la formación, Gabriel García Márquez escribió: “Al mismo tiempo, todos
estamos...
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POR FILIBERTO LÓPEZ DÍAZ
Ya lo había afirmado y ahora lo reitero, que a propósito
de la educación, esto es, de la formación, Gabriel García
Márquez escribió: “Al mismo tiempo, todos estamos de acuerdo, al parecer, en
que debemos de estar alerta contra la tendencia del Estado a desentenderse de
la educación y encomendarla a los particulares. El argumento en contra es
demoledor: la educación privada, buena o mala, es la forma más efectiva de la
discriminación social”; sin embargo, el cuestionamiento es: ¿Qué entendemos por
el hecho de que el Estado no se desentienda de la educación y la encomiende a
los particulares? ¿Cuál es el concepto universal, nacional y en Querétaro, de
la educación pública?, pero de manera sobresaliente, ¿Cuál en realidad las
funciones y objetivos de una universidad pública y sus diferencias con las
privadas?
La respuesta fácil y no del todo cierta, es que las
universidades privadas son un negocio redondo, ya que en algunas de ellas sólo
falta que al estudiantado le cobren por ir al baño; sin embargo, entendemos por
universidad pública, a la expresión más sublime, recta, honesta y con amplia
plantilla de catedráticos, para preparar moral, ética, artística y científica a
los profesionales del mañana.
El ejemplo más cercano por analizar, por supuesto lo
tenemos en la Universidad Autónoma de Querétaro.
La
Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) es una institución altamente valorada
por la sociedad queretana; es el espacio por excelencia para la movilidad
social. Los estudiantes, los profesores, los trabajadores administrativos y las
autoridades universitarias tienen el compromiso de cuidar a esta noble
institución para que siga cumpliendo con su misión de educar en la verdad y en
el honor, de formar profesionistas que respondan a las necesidades sociales y
contribuyan al diseño de políticas sociales para alcanzar nuevos niveles de
bienestar de la población.
La
historia de la UAQ está ligada a la historia de Querétaro en el sentido más
positivo posible; los profesionistas emanados de sus aulas, han sido auténticos
promotores del desarrollo económico y social de la entidad.
Lo
que ocurre en la Universidad Autónoma de Querétaro es siempre un asunto de
interés de todos, no solamente porque el subsidio público que recibe proviene
de los impuestos que pagamos los ciudadanos, sino porque es el lugar en el que
se forman nuestros hijos. Es cierto que la Universidad goza de autonomía para
gobernarse, tanto en términos económicos como en sus formas de gobierno y
administración del presupuesto; pero ello no la exime de rendirle cuentas a la
sociedad a la que se debe.
Un
aspecto trascendente es que la Universidad estuvo sin plan de desarrollo
prácticamente por dos años, lo que abrió las puertas a que muchas decisiones
académicas se tomarán de manera unipersonal. Por ejemplo, la inclusión de la
materia de inglés en los seis semestres de la
Escuela Preparatoria se hizo sin análisis previo y sin contar con las
condiciones de infraestructura y de profesores capacitados y se le impuso al
Consejo Académico y los profesores tuvieron que aceptar un programa de estudios
que no fue diseñado por ellos. De la misma manera, el Rector a través de su proyecto “Universitario Integral”
trata de imponer arbitrariamente a los directores y saltando la instancia que
debe realizar estos planteamientos; los Consejos Académicos de las facultades,
la inclusión de materias de otras áreas para las cuales las facultades no
cuentan con la planta docente adecuada y adicionalmente trata de imponer a los
profesores que se encarguen de dichas materias, atribuyéndose con ello
facultades que por ley orgánica corresponden a los directores de las facultades.
En
el plano de las relaciones laborales se vive una situación tensa entre las
autoridades universitarias y el sindicato de trabajadores, quienes se quejan de
un trato déspota, indigno y de violaciones constantes al contrato colectivo de
trabajo. Este ha sido un conflicto que llegó al extremo del estallamiento de la
huelga y que tuvo una resolución gracias a la intervención del gobierno estatal
y no a la disposición de la rectoría, quien en diversos momentos del conflicto
dio muestras de endurecer la negociación. En este campo sobresale la política
de becas a estudiantes para que realicen actividades de los trabajadores
sindicalizados, aspecto que ha sido duramente cuestionado por los trabajadores
afectados.Tenemos dos elementos adicionales que nos llevan a reflexionar sobre
lo que viene sucediendo en la Universidad. Uno está en relación a los
conflictos con la Comisión Estatal de Derechos Humanos, tanto en el asunto de
un aspirante a ingresar a la Preparatoria, como los casos de profesores que no
han tenido mayor trascendencia. Cuando los conflictos tienen que trascender del
ámbito universitario para que sean organismos externos los que determinen la
solución, sugiere que algo no está funcionando del todo bien. En fin, la cosa
no está para presumir y sí a reflexionar la conveniencia de reencauzar la
actuación de las máximas autoridades de la UAQ, a un verdadero Estado de
Derecho y no de… fascismo.
¡Bueno!, al menos
esto es lo que yo opino.
EMAIL: lopezaso@outlook.com.
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