ESTAMOS DE ACUERDO

Semanario Tribuna
Lunes 12 de febrero/2007 año 9

Miseria y corrupción en el periodismo queretano
Por José Luis Alvarez Hidalgo

¿Qué está pasando con el periodismo en Querétaro? Tal parece que el estado de crisis en que se encontraba cuando se dio la manipulación y ocultamiento de la información en el caso del asesinato impune de Marco Antonio Galván, alias el “kikin queretano”, no ha sido superado en absoluto. También tenemos cuentas sin saldar como los despidos arbitrarios e injustificados de Mónica Ramírez y de Malena Hernández de sus respectivas empresas informativas, así como el misterioso exilio del ex presidente de la PEQ y ex reportero del Diario de Querétaro, Alejandro González Anaya. Además de la desinformación que llevaron a cabo varios medios de comunicación al reproducir íntegramente y sin investigación alguna los boletines de prensa que giró el área de comunicación social de la PGR; dicha acción informativa justificó la aprehensión de la señora Ma. Concepción Moreno Arteaga, quien lleva más de dos años en prisión acusada del gravísimo delito de dar de comer a los inmigrantes hondureños que pasan por nuestra ciudad. La prensa local, en vez de liberarla de semejante injusticia, la hundió más en prisión. ¡Vaya paradoja!

Y ahora surge una auténtica perla japonesa, con la investigación periodística que llevó a cabo el periódico Libertad en palabra y que sacó a la luz los actos de fraude y corrupción que cometió en contra del erario público el pseudo periodista Aurelio Peña Tavera (su primo), en el Departamento de Comunicación Social del Gobierno Municipal de El Marqués; este acontecimiento resulta ser un agravio al ejercicio periodístico en nuestro estado y nos llena de indignación por todos los periodistas que se esfuerzan en llevar a cabo la práctica periodística apegados a la ética y al profesionalismo que nuestra profesión demanda.

Es lamentable que alguien como Aurelio Peña, quien hace unos cuantos meses le quiso hacer al mártir cuando fue sometido por elementos de la Guardia Municipal y privado de su libertad en una patrulla, haya traicionado el apoyo que se le dio en un suceso que tuvo una amplia cobertura periodística y que fue denunciado y reprobado airadamente por todos los medios de comunicación, al considerarse como un acto represivo en contra de un integrante de nuestro gremio que cumplía con su labor informativa y, a la postre, este encomiable acto de solidaridad del gremio con el susodicho, derivó en su pronta liberación. Con los vergonzosos sucesos que se dan a conocer ahora, Aurelio Peña ha traicionado la solidaridad que los periodistas de Querétaro le mostraron en aquella difícil situación que padeció a manos de la autoridad de extracción panista, la cual ahora está en contubernio con él y avala un fraude que se comete en contra del erario público. Esa autoridad que aquella vez quiso reprimirlo, ahora lo premia y lo protege ¡Vaya paradoja!

No son las paradojas las que nos indignan, nos indigna la impunidad de esta serie de delitos que ensucian una profesión, que en palabras del malogrado Riszard Kapuscinski, es sólo para que la ejerzan buenas personas y no hampones disfrazados de periodistas que atenten contra la responsabilidad social del periodismo. Hoy más que nunca necesitamos de comunicadores honestos y responsables, aquellos que creen a fe ciega que sólo la verdad nos convertirá en mejores hombres, en una comunidad de hombres libres.

¡Ese fue el gran sueño de Kapuscinski y no podemos defraudarlo! Y lo dijo con todas sus letras: “Hay que hacer frente a los empresarios que pretenden convertir la noticia en mercancía, y al periodista en cómplice activo de esa degradación y engaño”.

En una palabra: es decir NO a los malos periodistas. ¡Que se vayan!